Dios puso un tesoro en ti.


Cuenta una historia que en una casa muy humilde vivía un matrimonio que no tenía grandes bienes materiales, un día este matrimonio decidió arreglar el jardín que tenían, se encontraban en eso  cuando de pronto dentro de ese trabajo que tenían topan con algo metálico, comienzan a escarbar y sacan un recipiente, y lo llevan al interior del hogar lo descubren y para sorpresa para ellos dentro del recipiente habían monedas de oro, volvieron al jardín siguieron escarbando y encontraron más recipientes con monedas de oro este es un hecho veridico y se dice que fue el mayor descubrimiento de esa época donde estas personas fueron millonarios y solo por ir a limpiar el jardín.

Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros (2 Corintios 4:5-6)

Como creyentes tenemos un tesoro y ese tesoro es el evangelio de salvación en nosotros, tenemos en nosotros una promesa de vida eterna y todas las promesas que están escritas en la biblia son para nosotros los creyentes es decir que hay un tremendo tesoro pero ese tesoro no es solamente para nuestra familia, no es solamente para nosotros y a través de la historia mencionada este matrimonio encontró ese tesoro escondido debajo de tierra y mientras estaba tapado de tierra no brillaba nada, no se sabía lo que era hasta que se descubrió, cuando ellos lo llevan a su casa lo descubren se dan cuenta que eran monedas de oro de gran valor y podemos asemejar algo muy importante que nosotros estábamos en un jardín y ese jardín era el mundo, llenos de tierra e inmundicia y Dios cuando nos tomó, nos rescató puso un tesoro precioso dentro de nosotros, un tesoro muy especial que es su amor, su paz, su gozo porque no es poco cosa lo que hoy tenemos es un tesoro invaluable, es algo precioso.

Cuando un creyente siente y sabe que Dios coloco un tesoro en el siente algo especial en su corazón porque nosotros éramos un recipiente viejo, tirado en el mundo y Él nos miró para depositar en nosotros algo especial pero con el pasar del tiempo ese tesoro al igual que esas monedas de oro están enterrados, están ocultos, lo que tiene que brillar, lo que tiene que resplandecer está tapado con tierra, Dios nos entregó ese tesoro no para ser egoístas, ni para esconderlo sino que es para que alumbre, es para resplandecer, si analizamos nosotros tenemos un tesoro de gran valor que otros también quieren y nosotros tapamos con tierra ese tesoro porque le damos más importancia y prioridad a nuestras necesidades, problemas, sentimientos, dificultades y comenzamos a tapar ese tesoro precioso y lo que Dios hizo un día a veces no se nos nota, lo que Dios hizo un día en colocar en nosotros ese hermoso tesoro muchas veces pasan los días, meses, años y no hacemos nada pero el Señor quiere que nosotros podamos descubrirnos nuevamente porque Él puso algo en nosotros, cada creyente tiene dones, talentos pero lo que pasa es que preferimos estar en el jardín ocultos, quietos y quietas hay no hacemos daño a nadie pero ese tesoro tiene que ser ocupado, lo que el Señor puso en nosotros tiene que ser ocupado, tenemos que seguir predicando, evangelizando, lo que el Señor puso en nosotros tiene que ser esparcido, no puede seguir oculto y no es pararse en la calle entarimado con un micrófono sino que es donde trabajamos, estudiamos, donde nos movemos debemos decir, reflejar que somos un tesoro especial en las manos del Señor pero con nuestros hechos.
En nuestro hogar cuesta decir que somos un tesoro ya que tenemos intimidad conocen todos nuestros defectos y nos criticamos unos a otros, la esposa critica al esposo, los hijos critican a los padres y se han olvidado que cada uno tiene algo especial que Dios puso y la responsabilidad es personal y uno va cuidando ese tesoro conforme la da el valor.


Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús.  (2 Corintios 4:5) El tesoro más grande de este mundo es anunciar el evangelio de nuestro Señor Jesucristo pero como va ser posible si estamos quejándonos y los sentimientos que no nos gusta esto o esto otro, quien va a tener oídos para escuchar palabra del Señor si no disponemos nuestro corazón en tener que ser la luz del mundo a otros, nosotros perdemos batallas, terreno porque de una u otra forma nos conformamos que tenemos algo en nosotros pero ese algo está oculto pero es de nosotros porque lo que Dios nos da no lo quita pero es para beneficio personal como también para otras personas.

Es necesario dentro de nuestro caminar descubrir ese tesoro, sacarlo a la luz, no podemos conformarnos con vivir solamente una vida terrenal, la vida espiritual a desaparecido de muchas congregaciones, hay congregaciones que están quedando desoladas y eso es grave porque en todas partes Dios puso el mismo tesoro, en hermanos que no conocemos pero ese tesoro está escondido, totalmente escondido, Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. (2 Corintios 4:6) dice que de las tinieblas resplandeciere la luz… nosotros estábamos en tinieblas y la luz debe de resplandecer en nosotros pero habrá un resplandor genuino sino dejamos que el controle nuestra vida, si no tomamos una decisión de hacer las cosas que Él nos mandó hacer sino tomamos una decisión no podrá resplandecer la luz a través de nosotros, a través de nuestro andar en el Señor se nos han predicado un montón de mensajes, palabras de enseñanza, consejos, donde la iglesia debería crecer pero el problema está que ese tesoro queda escondido y nos vamos a nuestros hogares, guardamos ese tesoro, le ponemos llave y no alumbra, no resplandece, nos vamos al trabajo y lo tenemos escondido porque decimos: es mío…

Nosotros estamos en una luz permanente, cualquier cosa que nosotros hagamos que va en contra de lo que es nuestro Dios se nota porque Dios es luz y lamentablemente nosotros caemos en un conformismo espiritual, caemos en querer que nos digan las cosas, nos repitan las cosas, que se nos confirmen las cosas y el evangelio no es así.
El llevar ese tesoro es creer que lo tenemos, que es nuestro, que nuestro Señor nos compró, hizo algo especial en nosotros y aunque nos cueste permanecer, aunque nos cueste caminar, debemos seguir creyendo que Él hizo algo en nosotros y ese es el problema de la iglesia en general que al primer problema o dificultad nos olvidamos que Dios es Dios y es soberano por sobre todas las cosas y todo lo que Él hace es bueno en beneficio de sus hijos pero queremos que nos profeticen, queremos que se nos digan las cosas pero debemos recordar que tenemos un tesoro en nuestro corazón que es la presencia del Señor, Él que nos confirma que somos salvos por gracia, que nos compró con su sangre, nos hizo una criatura nueva, nos colocó vestiduras nuevas y nos hizo real sacerdocio, nación santa y nos dice que fuimos escogidos por Él pero para que nosotros alumbremos, para que nuestro tesoro pueda ser compartido debemos tomar decisiones, uno aparte de ser esposo, padre, hijo, hija también hay un hombre y mujer espiritual y esa parte también debe de desarrollarse, se debe trabajar y el hombre o mujer espiritual tiene que desarrollarse porque si no va pasar a vivir una religiosidad y solamente va hacer un evangélico carnal, terrenal es necesario que le demos valor a nuestro tesoro ya que Dios lo puso en nosotros para que no nos jactáramos nosotros que somos nosotros sino que lo que está en nosotros produce algo especial para nosotros, también dice que somos un perfume grato en la presencia del Señor cuando estamos bajo su obediencia y su voluntad pero cuando andamos haciendo las cosas a nuestra manera estamos perdiendo ese brillo en nuestro andar.

El tesoro que Dios puso es para la excelencia del poder de Dios, algo excelente, no tenemos poca cosa, cualquiera de nosotros creyendo en fe que estamos en esa comunión con el Señor colocaríamos la mano sobre los enfermos y los enfermos serian sanos, Dios ha hecho de tiempo en tiempo milagros, ha sanado de cáncer, ha sanado distintas enfermedades y Él hace conforme Él quiere y con quien quiere pero la iglesia necesita creer que tiene un tesoro y como puedo decirle a otro que ser cristiano tiene algo especial si nosotros mismos al mirarnos nos vemos peor que el mundo sabiendo por la palabra del Señor que el gozo de nuestro Señor es nuestra fortaleza y es por eso que el diablo nos quiere robar y nos ha robado el gozo porque quitándonos el gozo quedamos débiles, se nos va la fortaleza, el gozo del Señor es nuestra fortaleza, sin el gozo del Señor nacen raíces de amargura, cosas que no tienen que estar por faltas personales, por caídas, por cosas se va el gozo, tenemos que pedir que el Señor coloque gozo en nuestras vidas, tenemos un tesoro, tenemos tal vez un diamante en bruto pero es algo maravilloso, debemos darle valor.

Tenemos que tener en nuestros labios una palabra madura de fe porque el tesoro ya lo tenemos, pasamos tiempo mirándonos a nosotros mismos y uno tiene que pensar como está delante del Señor que nos da temor de confesar una bendición para otros y lo que tenemos que hacer es desenterrar el tesoro, lo que está en nosotros, limpiarlo de los celos, limpiarlo de las contiendas, de los malos pensamientos, limpiar ese tesoro para que alumbre es necesario limpiarlo, es tiempo que nos demos cuenta que no estamos solamente llamados para estar predicándonos unos a otros en una congregación sino que Dios nos llamó que para que ese tesoro que Él nos entregó otros lo puedan disfrutar donde vallamos ya que no es solamente ir predicando y diciendo: la biblia dice… sino que cuando mostramos nuestro rostro, cuando demostramos un gesto, cuando demostramos algo especial la gente dice: usted no es igual que los demás… y usted va a decir: si yo soy hijo del Señor, hija del Señor… y se abre la puerta para que le podamos evangelizar esa es la forma de evangelismo, esa es la forma de entregar palabra del Señor, no imponer la palabra.
A veces vemos a familiares nuestros y le empezamos a predicar con castigo altiro diciendo: cuando vas a entender, arrepiéntete, anda a la iglesia… y esa no es la forma sino que hay ganar y el amor gana, el amor seduce esa es la forma, a nosotros también nos costó llegar, también fuimos porfiados entonces lo primero que tenemos que hacer es que nuestro tesoro alumbre, de brilló, el amor cubre todo.

Nadie puede jactarse de ese tesoro porque somos solamente un recipiente frágil pero de gran valor, este recipiente vale el precio de la sangre de nuestro Señor Jesucristo, tenemos algo importante, muchos decimos: me dieron la predicación y no sé qué predicar… pero de la abundancia del corazón habla la boca, tenemos en abundancia en nuestro interior. El Señor nos llama a bendecir a otros con nuestro tesoro, a tener que sacar la pereza, si hay cosas que nos cuesta dejar con la ayuda del Señor debemos de intentarlo en todo momento, tenemos que procurar cada día para que Él nos de victoria no es imposible, cada día hay una lucha y si un día tenemos que llegar a la presencia del Señor tenemos que decirle: por favor Señor déjame entrar… porque tu mejor que nadie sabe que todos los día era difícil pero toda mi vida lo he intentado… quizás mi familia no lo veía pero tú si estas mirando mi intimidad… así que debemos animarnos porque hemos sido comprados a precio de sangre y nos entregó un tesoro.

Cada uno de nosotros somos tan especial que cuando el hombre estaba en el huerto solo dice que Jehová Dios hizo caer en sueño al hombre para abrir su costado, sacar una costilla y formar a la mujer y fue tan especial que dice la palabra que Dios se dio cuenta que no era bueno que hombre estuviera solo y por eso hizo a la mujer y de igual manera nuestro Señor Jesucristo fue golpeado, fue azotado de tal forma que le destrozaron su piel y cuando estaba clavado en la cruz dice que vino un soldado y clavo una lanza en su costado, le abrió el costado y de ahí nacimos nosotros su esposa, su compañera porque nuestro Señor Jesucristo vino por nosotros para no estar solo y en la eternidad sino que Él quiere estar con nosotros pero tenemos que vivir esta vida y alumbrar en este mundo y tener que esparcir su palabra donde estemos, no solo tomando un micrófono, no esperando un llamado a una predicación sino hacerlo con amor.
Del costado de nuestro Señor Jesucristo nació la iglesia igual que el primer que nació la esposa que fue Eva, nosotros hoy somos la esposa del cordero, del costado del Señor salió sangre y agua que es justificación y purificación lo que Él hizo en ese momento hoy se mantiene vigente su promesa, nada es por nosotros porque somos hecho de tierra la excelencia es la que nos mantiene en pie, su excelencia es la que nos dice que nos ama.



Congregación cristiana de restauración de fe Elohim.
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