Abogado tenemos para con el padre.
Hijitos
míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado,
abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la
propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también
por los de todo el mundo. (1 Juan 2:1-2)
Dice
la palabra que por el pecado estábamos destituidos de la gloria de Dios, cuando
estábamos en delitos, pecados o muerte espiritual estábamos destituidos de
la gloria de Dios cuando la palabra dice: Hijitos
míos, estas cosas os escribo para que no pequéis… es como si el Señor nos está
dando una advertencia diciendo: hijitos míos, yo decreto la palabra, yo he
escrito este estatuto, este mandamiento, yo he ordenado esto a ustedes para que
no pequéis... muchos hemos sido tentados, somos tentados en cada momento y el
que diga que nunca ha sido tentado solo miente porque somos tentados en cada situación,
en pequeñas cosas, pequeñas situaciones que vivimos somos tentados, por ejemplo
cuando uno se levanta en la mañana y se atrasó ¿fue porque se levantó más tarde
o se demoró el autobús? Es porque se levantó más tarde, uno llega a su trabajo
y hace dos pecados omisión, mentira y más encima la hace de flojo pero dice la
palabra: estas cosas os escribo para que no pequéis… pero cada día estamos
propensos a pecar pero no por eso nos debemos justificar que tenemos un abogado
diciendo: el Señor es mi abogado y Él me entiende…
Aunque
muchos lo neguemos cuando pecamos lo hacemos con querer porque el viejo hombre
o la vieja mujer todavía está dentro de nosotros y va a buscar la forma de
florecer aunque somos renovados en nuestro Señor Jesucristo, somos hechura
suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras que Él predestino para nosotros
y tenemos claro que más la paga del pecado es muerte, Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23) Cuantos de nosotros hubiésemos
estado muertos hoy por un mal pensamiento, por una mala palabra, por una
mentira, cuantos varones hubiesen estado muertos hoy por desear a una mujer que
no sea su esposa, por la codicia, avaricia, por la vanidad porque la paga del
pecado es muerte pero el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor
nuestro es algo hermoso pensar en eso que más el regalo que hoy tenemos es vida
eterna.
Sabiendo
y teniendo claro que el pecado es muerte ya que es una muerte espiritual
tenemos un abogado que es nuestro Señor Jesucristo, abogado es profesional que
en una causa o en una corte defiende la cusa de otro, hoy podemos ver en televisión
algunos juicios cosa que antes no se podían televisar pero hoy si, uno ve
juicios de comunistas, artistas, delincuentes, de todo, personas que fueron
acusadas, vemos en las noticias un juicio, hay un abogado defensor y también está
el fiscal después viene una investigación de pruebas y la condición del abogado
defensor es de poder defenderle, para el abogado toda la causa debe la persona
culpable recurrir a abogado, el abogado no va ir donde la victima sino que se
debe pedir un servicio de un abogado, cuando se hace un testamento necesita un
abogado, cuando se hace un estatuto o algún dictamen necesita un abogado, el
abogado no va ir donde la persona sino que la persona debe ir a contarle su
necesidad al abogado y en nuestra vida espiritual es lo mismo cuando nosotros
necesitamos de Dios nosotros debemos acercarnos más a Él porque Él ya está, cuando
nos equivocamos debemos ir donde el Señor y decirle: me equivoque… vamos al
abogado y le contamos nuestra historia, nuestros pecado que muchas veces le
callamos a Dios pero cuando no sentimos nada por esa falla hay que
inquietarnos, muchas veces nos equivocamos y no sentimos nada y decimos: ah me
equivoque no más… peque y peque no más… pero cuando somos capaces de confesarlo
decimos: Señor en esto caí, en esto peque, en esto me equivoque pero más sé que
usted es mi abogado… reconocemos nuestra falta y a la vez nos arrepentimos, el
arrepentimiento es aborrecer el pecado.
En
la época de nuestro Señor Jesucristo no se ejercía esta función de abogado sino
que existían los intérpretes de la ley que compartían con los escribas y la
palabra abogado se traduce en el griego como parákletos que eso significa uno llamado al lado de otro para
ayudar y consolar, el Señor fue puesto para nosotros para ayudarnos y consolarnos,
es una abogado, es uno llamado al lado de otro para ayudar y consolar, Y yo rogaré al Padre, y os dará otro
Consolador, para que esté con vosotros para siempre (Juan 14:16) cuando
nuestro Señor Jesucristo estuvo en la tierra Él era el abogado defensor que
estaba en la tierra y en el versículo que leíamos es como si digiera: yo no los
dejare solos, yo voy a pedir y voy a rogar al padre que envié otro consolador…
que es el Espíritu Santo que estará con nosotros hasta el fin de los tiempos.
El
propósito de una abogado es que si alguno ha sido acusado de haber cometido algún
delito Él va a defender nuestra causa ante el padre, antes lo hacían ante una expiación
de un cordero y lo hacia el sumo sacerdote de entrar al lugar santísimo para cargar
el pecado del pueblo pero hoy tenemos un abogado que estará con nosotros para
siempre, no es el sacrificio que nosotros podamos hacer, no es orar más, leer
la palabra o hacer grandes caminatas porque hubo un sacrificio, el único sacrificio
que es el de nuestro Señor Jesucristo y por eso tuvo que ser alguien justo,
nuestro Señor Jesucristo fue justo, es justo para con nosotros, nuestro Señor
es nuestro abogado para con el padre porque Él es justo y Él es la propiciación
por nuestros pecados, Él se entregó por nuestros pecados, fue propicio y Él se entregó
por todo el mundo pero la gran diferencia que hoy tenemos es que no solamente
fue propicio por nosotros sino que fue propicio y sustituto, el lugar que nos correspondía
a nosotros Él lo ocupo, sustituyo porque la paga del pecado es muerte, nosotros
merecíamos morir pero cuán grande fue el amor de Dios para con nosotros que aun
siendo pecadores Cristo murió por nosotros, es tan grande el amor de Dios que negó
a su hijo por nosotros y es nuestro abogado, intercesor por nosotros y
consolador, aquel que nos ayuda y dirige, aquel que es el camino, la verdad y
la vida ese es nuestro Señor, ¿Qué,
pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Romanos 8:31) abogado tenemos para con
el padre.
Hay
un acusador que es satanás, el diablo, satanás significa adversario, enemigo
pero también significa acusador, calumniador, es aquel que lleva todos los
chismes, es aquel que lleva todos los cuentos de lo que hacemos diariamente y
que más nos cuesta pero no sabe que el abogado está al lado nuestro, cada vez
que el diablo nos va acusar dice: mira, mira lo que está haciendo… y nuestro
Señor dice: padre recuerda que yo fui por el… yo pague el precio por el…
¿Quién
acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que
condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que
además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
(Romanos
8:33-34)
Nadie
nos puede acusar, nadie nos puede condenar porque los que hemos aceptado al
Señor como nuestro Señor, salvador, hoy tenemos abogado ante el padre y es
nuestro Señor Jesucristo.
Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y
Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y
dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh
Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón
arrebatado del incendio? Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba
delante del ángel. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él,
diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado
de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala. (Zacarías 3:1-4)
Zacarías
tuvo una visión donde dice que el sumo sacerdote llamado Josué se presentó
delante de Dios, estaba el acusador y lo pretendía acusar pero Dios como es un
juez justo reprendió al acusador y Josué se veía con vestidos de silicios a lo
mejor todo sucio porque estaba especificando cuando nosotros estamos en pecado
estamos inmundos, estamos con vestiduras sucias recuerde que misericordia es
meter la mano en la miseria, puso su corazón en la miseria donde nos rescató y
nos salvó, muchos hemos dicho que cuando no teníamos al Señor nadie daba un
peso por nosotros y de ese lugar el Señor nos rescató y hoy nos puso vestiduras
nuevas, nos cambió, nos restauró, Porque
por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8-9) por gracia
somos salvos y debemos darle el valor a eso.
Y Josué estaba
vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel. Y habló el ángel, y
mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras
viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho
vestir de ropas de gala. (Zacarías 3:3-4) reflexionemos en cómo están nuestras vestiduras hoy
porque el Señor ha quitado esa vestidura de viles, esa vestidura sucia, esa
vestidura inmunda y nos ha vestido con ropas de gala para estar en la mesa del
rey, démosle el valor a lo que el Señor ha hecho por nosotros, es necesario
darle ese valor, es necesario tomar esto en serio porque esto no es un cuento,
fabula sino que esto es una realidad, es una verdad para nosotros porque dice
que la verdad nos hará libres y hoy somos libres gracias a nuestro Señor
Jesucristo, cuando andamos en la verdad andamos en libertad, buscamos la
verdad, amamos la verdad, abrazamos la verdad, es lo que el Señor quiere hoy
para nuestras vidas.
Porque
si confesamos nuestros pecados él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados y limpiarnos de toda maldad, si tenemos que confesar digámosle al señor
que lo mal que hacemos solo es tropiezo para nuestra vida porque creemos que el
abogado nos puede defender, debemos decirle al Señor lo que no nos deja
avanzar, esto no es por obra sino por fe para que nadie se gloríe, esto es fe,
es creer, Después dijo: Pongan mitra
limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le
vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie. (Zacarías 3:5) cuando
está en pie el Señor es porque Él ha visto que usted ha querido cambiar su vida,
su corazón, ha visto sus vestiduras cambiadas y Él se pone de pie para que nos
acerquemos y le abrasemos, así como un hijo corre hacia su padre en la casa así
quiere el Señor que podamos correr a buscarle y lo podamos abrazar y decirle:
Señor gracias por esta nueva vestidura que usted me ha dado…
Nuestros
pecados fueron perdonados, hoy somos libres de toda acusación, hoy somos libres de aquel que nos está acusando porque el Señor entrego su vida por nosotros,
debemos darle vida a lo que el Señor a provocado en nuestro corazón, nadie puede
acusarnos por lo que hacíamos en nuestro pasado porque el Señor ha conocido
nuestro corazón, nuestra vida y Él ha dicho: aquí estoy yo para defenderte…
para protegerte… para rescatarte, alentarte, cuidarte porque yo soy guardador,
tu protector y nadie podrá tocarte.
Congregación de restauración de fe Elohim.
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