Saber pedir.
Y a Aquel que es poderoso
para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o
entendemos, según el poder que actúa en nosotros (efesios 3:20)
¿ cuántos de nosotros oramos creyendo que lo
que estamos pidiendo es la voluntad de Dios?, a muchos nos pasa que oramos
sentimos la oración, creyendo que es lo correcto y no tenemos respuesta
pensando que estamos orando correctamente.
Nosotros a
veces pedimos, el Señor nos habla por profecía, por la palabra o nos manada a
decir con alguien, con un sueño, que lo que estamos pidiendo no es lo que él quiere y nosotros como todo cristiano pedimos
tres confirmaciones , muchas personas
quizás en diferentes congregaciones como que buscan a la hermana o hermano
más espiritual que nos vaya a ungir a la casa y la gente vive así, los
cristianos de hoy y de antes viven así de profecía en profecía y de
confirmación en confirmación sabiendo que la profeta mayor es la palabra, no hay
otra.
El Señor nos
habla de distintas formas y nosotros somos insistentes en lo que nosotros
queremos, anhelamos, deseamos.
Nuestro Señor tiene cosas más abundantes de lo que pedimos o entendemos, porque
nuestro entendimiento es limitado, a veces creemos saber lo que es bueno para
nosotros, lo que corresponde, lo que es correcto pero nuestro entendimiento no alcanza
a entender las cosas que Dios tiene para
nosotros.
Dios quiere siempre lo mejor para nosotros , pero
nosotros nos limitamos en pedir una cosa
y creer que eso es lo mejor nosotros y le
decimos al Señor lo que creemos que es bendición para nosotros y tarda la cosa,
el Señor nos viene hablando, entonces no siempre lo que
pedimos es lo que Dios quiere para nosotros.
Muchos tomamos la palabra el que pide recibe,
el que busca halla, pero para que eso suceda nosotros tenemos que entrar en la enseñanza,
la ordenanza que nos entregó nuestro Señor Jesucristo. Y muchos de nosotros no
tenemos respuesta porque caminamos a nuestra manera, hacemos las cosas a
nuestra manera o creyendo que estamos en lo correcto hacemos lo que me dijo mi
abuelita, un profeta más antiguo, pastor más antiguo, pero muy lejos está la
verdad de nosotros porque no tenemos conocimiento de la palabra.
Entonces nosotros tenemos que estar bajo la
cobertura de Dios, pero esa cobertura se manifiesta a través de lo que yo voy
conociendo de la escritura, yo no puedo estar hablando, intimando con él, si no
tengo interés de conocerle por palabra, no puedo estar cantando o tocando si no
tengo el interés de hacer una vida nueva como creyente.
Dios siempre quiere lo mejor y muchas veces
nosotros decimos: Señor respóndeme… Señor cuando tú quieras pero respóndeme…
sentimos que el creer que lo que estamos pidiendo es lo correcto y si Dios no
nos responde vamos a sentir vergüenza y nos vamos avergonzar delante los
hermanos y las personas, pero Dios no avergüenza a nadie, el problema está en
que nosotros somos avergonzados ,porque no tenemos los
oídos atentos a lo que Dios quiere decir, nos advierte antes, a tiempo y
después de tiempo, cuando él dice: para… tenemos que parar, y después le
echamos la culpa al Señor, declinamos en nuestras oraciones, dejamos de orar,
dejamos de congregarnos, dejamos muchas cosas porque pensamos que Dios se olvidó
de nosotros ,porque él está tardando mucho pero estamos errando en nuestras
peticiones.
Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no
podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no
pedís. (Santiago 4:2) El Señor
escudriña nuestros corazones, a veces deseamos lo que otros tienen, lo que
otros alcanzaron y lo tomamos como si el Señor les respondió a ellos a ella
porque a mí no , pero cada uno tiene un trato especial directo con Dios, no
para todos es igual, a veces codiciamos algo, insistimos en una petición que ya
no es necesidad sino que quiero tener nada más.
Dios conoce la
intención de nuestro corazón, nuestra necesidad, a veces pedimos algo porque
queremos avanzar, ser prosperados, pero la prosperidad
no es a base mi petición es conforme Dios, conforme vamos trabajando en
la obra, conforme servimos al Señor, generalmente lo material no tiene
necesidad que lo pidamos porque lo material dice la biblia que viene añadido,
lo que tenemos que pedir siempre es sabiduría para saber cómo debo de orar.
Como varones
queremos tener un poquito más en el sueldo laboral para disfrutar con la
familia y para hacer muchas cosas y dentro de eso está en lo correcto, pero lo
que pasa en esto cuando nosotros estamos en el Señor siempre quiere lo primero
(primicia) mis pensamientos deben ser primeros con él y para él porque todo es de él y todo lo otro que queremos hacer si Dios lo da.
El Señor quiere que administremos bien cuando él nos prospere, porque si el
Señor añadió yo también debo de hacerlo.
Dios no quiere
nuestro dinero porque él no lo necesita, pero es necesario para el reino
terrenal para poder crecer y hacer cosas aquí en la tierra.
Nosotros pedimos
para nuestros deleites cosa que no es malo, pero no debemos de olvidarnos que
es necesario para el reino donde tú te congregas es por eso que las respuestas
a veces se tardan en llegar porque pedimos y pedimos mal, codiciamos, debemos
de apartar la envidia de nuestras vidas, si Dios nos dio un trabajo debemos de honrar
a Dios con nuestro trabajo, no anhelar más porque otro tiene más, debemos de
ser agradecidos con lo que Dios nos entrega, si podemos superarnos con la ayuda
de Dios debemos de darle la gloria a él , pero envase a lo que él quiera con
nosotros y lo que anhelemos no por lo que otro u otra diga.
No debemos de
afanarnos, no andar inquietos por el día de mañana, porque cuando nos encerramos
en esto y otro, querer lo terrenal nos amargamos, sabiendo que nuestra vida no
depende de lo que tenemos, de lo que ha de venir; sino que nuestra vida está en
las manos de él, que hoy podemos vivir, pero después no lo sabemos y si él añade hoy
debemos de vivir agradecidos en todo tiempo ó sea vivir conforme el corazón de
Dios.
Cuando nosotros
estamos en las manos del Señor el afán y la ansiedad deben de desaparecer, creámosle
al Señor que él es que prospera lo poco que tenemos y lo hace grande, creer.
Pero para eso hay que buscar al Señor no podemos vivir secular mente diciendo
que soy creyente si no tengo un tiempo de dedicación para servir en el reino
porque mi oración así rebota.
Cuando no
teníamos nada y pedíamos al Señor, Dios nos concede, conociéndonos, nos concede
algunas cosas y después no tenemos tiempo, tenemos sueño, estamos cansados y
tomamos otras prioridades y cuando no teníamos nada lo hacíamos todo, por eso
es que primero tenemos que ordenar nuestras prioridades interiores, antes de
que el Señor nos responda debemos de sacar la pereza espiritual, antes que
llegue la bendición y la prosperidad a nuestro hogar debemos de pedir que nos
transforme como familia, es lo que el Señor quiere.
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. (Romanos 8:26-27)
Él es el que
conoce realmente nuestra necesidad, que es lo primero, lo segundo, que es lo
que deberíamos tener cuando somos jóvenes, cuando seamos más adultos, cuando
seamos más viejos, él sabe cada tiempo del que nos dé , el día de lo que
nosotros necesitamos, él no se anticipa, él esta y él va a llegar con todo a su
tiempo, es por eso que nosotros oramos y pedimos muchas cosas y Dios no las
escucha porque antes de que nosotros pidamos él sabe nuestra necesidad, antes
de que abramos nuestros labios él ya la conoce pero falta
fe en nosotros.
Nuestra oración
debe de ser de gratitud, cuando nosotros comenzamos a orar y cuando el Espíritu
santo comience interceder por nosotros debe de fluir una oración diferente y el
espíritu te va colocando la palabra, inquietud, la prioridad que realmente
necesitamos pero cuando andamos más en la carne pensamos más en lo terrenal.
Cuando oremos lo
más importante es decir: Señor heme aquí… y cuando uno comienza orar de esa
forma se da cuenta que empiezan a salir lagrimas, porque su necesidad real y
verdadera no lo deja hablar, pero cuando ora solamente en la carne uno puede pedir,
estar una hora, dos horas hablando, pidiendo y volver a pedir y la palabra dice
que cuando oremos no hagamos vanas repeticiones.
No podemos orar en la carne.
Como podemos
orar enojados con nuestro hermano o hermana, como podemos orar si tenemos
envidia de nuestro hermano, como podemos orar si hay celos, como podemos orar
si somos insometidos y aunque duela la bendición en la congregación viene de su
pastor hacia abajo, aunque usted no lo quiera aceptar es así la cosa, si nos
desordenamos vamos a dar botes para todos lados y aunque quizás la esposa se
sacrifique trabajando , el hogar va ser prosperado por el varón , si es hombre
de Dios, un creyente, aunque la esposa gane más dinero que el varón, pedimos y
pedimos mal no conforme al corazón de Dios.
El
Señor conoce las intenciones de nuestro corazón si es que estoy pidiendo por
necesidad o porque quiero mejoría, aunque una mejoría no estaría mal pero mi
necesidad es prioridad, no hay que confundirse.
Porque
culpamos a Dios por no tener respuestas, él conoce nuestras necesidades y si ha
tardado en responder es por nuestros errores, para alcanzar las bendiciones
debemos de ser siervos.
Dos
cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera: Vanidad y palabra
mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Mantenme del pan
necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que
siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios. (Proverbios 30:7-9)
Esta oración
se le llama” una oración condicional”, este hombre está orando condicionalmente, no sea que esto… no sea que esto otro… en
el fondo le está colocando condiciones a Dios y a veces nosotros le Hacemos
igual le decimos: Señor ayúdame en
esto…no sea que yo me descarrié… Señor mantén a mi esposa linda no sea que
valla a mirar para al lado…
condicionalmente,
nos justificamos y creyendo estar orando bien estamos orando mal, esta oración
tiene algo particular porque se le pone condiciones a la persona que se le está
pidiendo.
Muchas personas oran diciendo: Señor si tú me respondes esto te hago una
promesa… una condición y generalmente se da dando un sacrificio a pie
pagando promesa y sabiendo que en la cruz ya fue todo pagado, el ultimo
sacrificio es nuestro Señor Jesucristo no hay más sacrificio nosotros tenemos
que estar aptos para servir.
Es decir que nosotros tenemos que saber pedir,
conforme a nuestra necesidad, pero no para nuestros deleites excesivos.
Invocó Jabes al
Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, sí me dieras bendición, y ensancharas mi
territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no
me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió. (1cronicas4:10)Aquí la
persona está renunciando a todo lo humano a un total rendimiento a Dios. Nuestra oración debe ser un acto solemne, con
profunda sinceridad pero a veces oramos de memoria y técnicamente, nuestras
palabras bonitas no tocan el corazón de Dios, es nuestro corazón
sincero. Cuando oremos que sea una entrega total y de humildad.
Para nosotros como cristianos no debería Haber una decepción cuando Dios no responde a
lo que nosotros queremos porque nosotros debemos sepultar nuestra voluntad en
la voluntad de Dios.
Leave a Comment