Amargura.



Una persona amargada no puede evangelizar, predicar, cantar, reír, aplaudir, dar gloria a Dios, ni aleluyas, no puede hacer nada y si lo hace es un trabajo hacerlo, es un malestar, le incomoda.

Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados (hebreos 12:15)

La amargura es como el cáncer, es como el sida y un amargado es la peste dentro del pueblo del Señor.

A veces existen matrimonios que son amargados,  ya sea la esposa o el esposo amargado (apático) y la convivencia es insoportable, porque la amargura contamina, usted puede tener un almuerzo rico, una casa calientita,  pero si hay un miembro de su casa que es amargado o amargada no se disfruta nada.

La amargura es la acumulación de situaciones, de sucesos negativos de mentira, engaño, etc.

Cuando un pueblo de Dios no obedece produce amargura, cuando los hijos no obedecen produce amargura, dolor,  el fracaso en lo personal produce amargura y nos estanca no tiene proyección futura todo lo ve negativo, es como cuando uno dice: te perdono pero no olvido… porque en el corazón está la amargura y nunca va a salir si no  nace el perdón y olvidar,  pero si no existe esa limpieza como dice: brotando alguna raíz de amargura es porque en nosotros cuando estamos en el Señor,  estamos en una amargura pasiva es decir todo eso que nos contamino el Señor limpio todo,  pero quedan esas raíces que cuando nos apartamos, nos enfriamos, nos ponemos tibios, apáticos empieza a brotar esa raíz y decimos: cuando me acuerdo me da una rabia… oh que me amarga… y lo confesamos y lo decimos,  pero cuando estamos en el Señor la amargura puede ser reprendida,  porque dice el texto: que brotando por hecho muchos serán contaminados, cuantos de nosotros hemos conocido familias que entre hermanos no se hablan, familias que los papás dan más a favor de uno que de otro, si no hay una limpieza y no dejamos esa amargura y  no hay bendición en todo lo que hagamos, no hay bendición,  Dios mora en un tempo limpio y la amargura es basura.

La amargura trae depresión y no los deja  perdonar una traición,  la indiferencia, el desaire y cuando le hacen sentir culpable de todo lo que ha pasado es peor.


Debemos de ser honestos y reconocer si en nosotros hay una raíz de amargura;  porque cada uno sabe si eso está en nuestro corazón y debemos de cuidar que esa raíz no brote,  porque el diablo va usar eso para que brote,  todos cometemos errores, fallamos o le fallamos a una u otra persona , pero cuando el Señor viene a nuestras vidas ÉL limpia y siembra algo nuevo en nosotros pero queda esa raíz que usted y la otra persona sabe que esta ahí y hay que cuidar que eso no brote porque hace daño.




Congregación cristiana de restauración de Elohim.
Con la tecnología de Blogger.