Empatia.
En la biblia hay dos términos que
se usan: con nosotros y en nosotros, empatía, es como meterse en la situación
de la otra persona es como estar ahí, empático, inquieto, la empatía mira de
muy lejos la indiferencia y esa es la otra parte que es apático.
Y esto tiene que ver mucho con la
salvación, porque tenemos que tener empatía para evangelizar, no separar o
clasificar a las personas para hacer un trabajo de evangelización y las
personas socialmente quieren ver eso en cada uno de los creyentes y uno no sabe
si la tiene hasta que se lo dicen y hay usan la palabra empático, agraciado,
agradable, bueno para reírse y uno cuando ve una persona así se nota y no dice:
este tiene algo especial… porque sin esforzarse hay una empatía hacia las demás
personas y el procurar que la otra persona no se sienta mal sino siempre buscar
el mal tal como decía el apóstol pablo, Si
es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz
con todos los hombres. (Romanos 12:18) y eso lo hacen los empáticos y los que son apáticos
esos están fuera no les gusta relacionarse con nada ni con nadie, no les gusta
estar cerca de nadie y de esos hay dentro de la iglesia del Señor, hay
creyentes que andan por la calle, que usan biblias grandes, pero son apáticos,
pero el verdadero creyente para evangelizar necesita tener empatía.
La
gente necesita ver algo diferente en cada creyente y cuando vea eso ,nos podrán
escuchar, antes no, entonces cuando nos
enfrentamos al evangelismo no es solamente lo literal, intelectual, el
conocimiento, esto es necesario, pero tengo que saber manejarlo con nuestra
propia personalidad, porque nuestra personalidad necesita cambio y si decimos:
no es que yo soy así… es porque no nos estamos dejando gobernar por el Rey de
reyes y Señor de señores, necesitamos un cambio, llega a dar gusto cuando la
gente se acerca a preguntar algo de Dios , pero a veces se acerca la gente con
necesidad y uno le dice: usted conoce el camino… valla a la iglesia… y eso es
apatía y como creyentes debemos de ser empáticos.
Dentro
de la apatía nace la indiferencia y nace en la persona el no querer hablar, el
no sentir nada quedamos anestesiados espiritualmente y nos da todo lo mismo ¿podemos llevar con esta actitud a alguien
a conocer al Señor? Claro que No, sino que el trabajo de cada creyente
porque el evangelismo se ejecuta cuando uno menos lo espera, Dios le va usar
cuando menos lo espera, no es prepararse o estar preparado orando, ayunando o
colocar un escenario y colocar música, ¡no!, en cualquier momento Dios te va
usar a beneficio de otra persona y hay tenemos que ser empático.
Dentro
de este aprendizaje de evangelizar tiene que haber un cambio de actitud en el
creyente, una iglesia con cambio de actitud es una iglesia gozosa, un pueblo
que disfruta en hacer lo que estamos mandados hacer (ir por el mundo y predicar
el evangelio a toda criatura.) es un pueblo empático, pero hoy en día la gente nos observa y nos
mira para ver como son nuestras actitudes, no escucha, la gente no nos va
escuchar si primero no nos ve como somos.
El
Señor nos enseña a estar entre ,no sobre, no ser diferente, sino colocarnos en
el lugar de otro, estar ahí, el evangelismo va a funcionar de esa forma, quizás
usted tiene familia que nos es convertida ,pero como les habla a ellos para que
se conviertan, de qué forma les habla, a veces con la familia somos más duro no
aplicamos el amor porque como hay mucha confianza o a veces ellos nos conocen
también nuestros errores y en vez de evangelismo parece pelea nuestra forma de
hablar y algunos religiosos dicen: el Señor te va a poner la mano donde más te
duele… pero el Señor no vino a poner la mano para causarnos dolor, vino a
extender su mano para salvarnos, nunca cuando nos suceda algo pensemos que Dios
lo hizo a propósito porque a ÉL le gusta vernos sufrir sino que a veces el
permite cosas para darnos una lección, para disciplinarnos pero ÉL no se goza
con el dolor de sus hijos.
De
los empáticos hay una cualidad y es que son hipersensibles, captan el malestar,
captan la necesidad, hay algunos
cristianos que no captan nada y el cristiano fue llamado para captar, ser
sensible , porque el que está dentro de nosotros es sensible y es la presencia
del Espíritu Santo pero nos ponemos tan insensible que vemos nuestra propia
necesidad, economía, nuestros hijos, esposa, esposo todo lo nuestro y a veces
el Señor nos hace ver, estar, vivir situaciones de otras personas y no nos
damos cuenta porque nos falta la sensibilidad, cuando comencemos a sentir esa
necesidad, empatía va a desarrollar con mayor soltura el amor de Dios hacia los
demás y no es cosas nuestra sino que el amor de Dios va a empezar a fluir en la
necesidad de otro eso es ponerse en el lugar de otro cubrir su necesidad antes
que la nuestra porque la nuestra la cubre Dios.
Hasta con el Espíritu
Santo somos apático y eso es constreñir el Espíritu Santo con nuestra apatía y
Dios no nos puede usar porque le estamos constriñendo, cada creyente debe ser
empático con el oficio y con el Señor de señores en tomarlo en cuenta a ÉL.
Debemos de
cambiar nuestra actitud, para que nuestro caminar en el Señor produzca frutos y
para evangelizar debemos de reflejar el gozo de la salvación.
He
aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. (Apocalipsis 3:20)
Aquí le habla a
la iglesia y no es a los que están
afuera en el mundo, sino que a cada
creyente que ÉL está tocando la puerta de nuestro corazón porque ÉL necesita
que como creyentes abramos nuestra puerta, para que esa puerta se abra y sea una puerta
de escape para los que están afuera ya que ÉL va a cenar primero con los de
adentro no con los de afuera del mundo.
Dios le va usar
cuando seamos empáticos para entregar el mensaje, no falsamente, no de apariencia, porque lo que es la palabra, lo que es
entregar algo bueno Dios lo puso en cada creyente y hay que entregarlo con
empatía, somos grato olor.
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