Predicar con el ejemplo. Parte II.
Respondió
Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo,
no puede ver el reino de Dios. (Juan 3:3)
Cuando
se refiere a ver el reino de Dios no es verlo en los cielos sino verlo
reflejado en nosotros, reflejado aquí, la gloria de Dios está en nosotros, la
gloria está en medio nuestro pero el que no nace de nuevo eso quiere decir de nuestro
interior, nosotros como creyentes debemos nacer de nuevo, en nuestra actitud,
nuestro carácter. A
veces tenemos un mal carácter y después tenemos la ¨patudes¨ de orar como si no
ha pasado nada, una de las cosas que el hombre y la mujer tiene que entregar es
el carácter y hay que nacer en el carácter y trabajar en nuestro carácter
porque es algo difícil pero si no nos acercamos al Señor nunca va a provocar
algo si no buscamos de Él, es decir que tenemos que acercarnos al Señor y si no
nacemos de nuevo con qué cara vamos a publicar, nazco hoy día pero mañana
vuelvo al vientre de mi madre, nazco hoy pero pasado mañana vuelvo a ser niño,
hay mucha gente que nace prematura y esos son los que nacen como evangelista,
pastor de la noche a la mañana son prematuros y uno de esos de esos prematuros
a veces causa gracia en los ojos del Señor porque los que nacieron bien no
quieren crecer, hay gente que lleva años en el evangelio no quiere dar un paso
siguen siendo porfiados y porfiadas.
Somos
responsables de todas esas personas que mueren sin el Señor, somos responsables
de que nuestro vecino no quiera conocer al Señor, somos responsables de esas
almas que mueren sin salvación porque nosotros mismos no queremos crecer,
porque ya no queremos someternos, el que no siembra desparrama, sembramos o
desparramamos, hay que sembrar en la palabra no desparramar, somos responsables
para los que están sin el Señor puedan alcanzar el conocimiento de la verdad y
se vallan con el Señor pero los que no hacen nada siempre están mirando la
falla, la crítica pero ¿que estamos haciendo?.
Debemos
sentirnos responsables de los que mueren sin el Señor, la salvación es personal
pero después hay un compromiso con el Señor para todos, el Señor nos llama a
conquistar pero siempre haciéndolo bien cosa que cuando la gente llegue a la
iglesia no se desilusione por nuestra actitud, por nuestro hablar sino que
diga: gracias al Señor que me trajo a este lugar… no que salgan arrancando, el
pastor puede estar muy lleno de gracia, algunos hermanos orando pero si la
iglesia no está viva en este mismo sentir no sirve de nada, es como estar
haciendo una excavación y otro venga tapando la excavación, tenemos que estar
todos unidos en un propósito, ayudarnos mutuamente, la esposa ayudar a su
esposo, ayudarlo en sus debilidades y así viceversa, es decir que la familia
debe buscar la forma de estar juntos en este proyecto de Dios con su vida.
Somos
conocedores de la palabra y tenemos que ser hacedores de la palabra, tenemos
que hacer las cosas que el Señor nos ha enseñado y cuando vallemos adorar al
Señor debemos de poner atención, tenemos que hacer las cosas bien para que
tengamos paz en nuestros hogares, en nuestra vida.
Muchos
hemos sido guiados a través de la palabra pero no hemos obedecido, seguimos
pensando como anteriormente, seguimos siendo maestros en nuestra propia opinión
y eso no es evangelio sino religión, todos hemos sido enviados, al momento en
que nos convertimos al Señor la gente nos comienza a mirar, todos hemos caído
en error que estando dentro del Señor después de pasar un tiempo ya no queremos
seguir y queremos volver atrás, hay cosas que hacemos en lo cotidiano que
nosotros mismos creemos que es algo común pero no deberíamos hacerlo como creyentes.
Todos
hemos sido guiados por la enseñando del gran maestro, nuestro Señor Jesucristo,
todos, hasta el apóstol pablo que no lo conoció físicamente siguió su enseñanza
y hoy nosotros debemos hacer lo mismo y hemos aceptado al Señor como salvador
pero estamos en un proceso que no debería de ser así sino que deberíamos
tenerlo como Señor, cuando entendamos lo que es nuestro Señor es otra cosa,
cuando el señorío del Señor es agradable a nuestra vida uno cambia de
prioridades, nos sometemos y no somos porfiadas o porfiados y esperamos el
tiempo del Señor.
Hay
personas que dicen: me invitaron a
predicar… pero a otra iglesia… pero no porque uno sea poco tolerante y no
acepte lo que otra iglesia enseñe pero que sacamos con predicarle a alguien que
ha sido 20 o 30 años evangelizado, el evangelio hoy en día esta así, los cultos
de avivamientos algunos dicen que son para que tome fuerza la iglesia pero la
verdad es que ¡¡no! porque la fuerza no la vamos a tener sino tenemos comunión con
Dios, no se va avivar la iglesia si la iglesia no despierta, antiguamente se
usaba una palabra que decía: Dios tiene
un rema para ti… rema es una palabra y la gente creía que tenía un rema
pero de un principio que Dios nos llamó tenemos un rema es decir una palabra
pero la iglesia en general de tiempo en tiempo tiene que buscar algo para
animarse y eso no es de Dios sino que es algo humano y como creerán si un día
nos ven en las nubes y al otro día no nos ven.
Necesitamos
entender la gran verdad que está en nosotros porque la tenemos como
conocimiento pero debemos entender para aplicarlo en nuestro diario vivir.
Estamos
expuesto en este mundo para ser embajadores de la palabra y cuando entendamos
con madurez lo que el Señor nos quiere enseñar vamos a ser capaces de ganar un
alma para el reino, algunos dicen: me gane un alma… pero debemos saber que no
nos hemos ganado nada sino que todo lo hace el Señor y todas las almas son de
Él nosotros si podemos decir: estoy trabajando… y que es lo que debemos hacer y
un alma no es ganada hasta que se valla con el Señor puede estar dentro de una
iglesia pero si su corazón no cambia, no nace de nuevo hay va estar, nosotros
no sabemos si esa persona es salvo solo Dios lo sabe y cuando uno de nosotros
parta con el Señor y en esa persona se notaba el cambio hay uno recién puede
decir: fue ganado… y debemos alegrarnos por eso pero Dios solamente sabe, todos
debemos tomar esa responsabilidad no conformarnos con la oración solamente.
Todos
los días tenemos que tener en nuestro corazón algo de qué hablar que sea de
Dios y para eso hay que dedicar tiempo y buscar un mensajes,
no caer en ese conformismo, copiar mensajes ya predicados para hablar pero
debemos de vez en cuando pedir un mensaje nuevo para entregar.
El
obedecer trae bendición, ¡Cuán hermosos
son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! (Romanos
10:15) pero a veces somos embajadores amargados, antipáticos, altivos,
indiferentes porque del momento que le hemos recibido ya somos embajadores, del
momento en cual estamos creyendo en el Señor ya somos embajadores y debemos
meditar si estamos entregando algo bueno como sus embajadores o estamos
deshonrando su nombre es por eso que hay cuidar nuestras actitudes.
Debemos
pedir que sea el Espíritu Santo que gobierne nuestra vida y el problema está en
que nunca lo pedimos y es por eso que no cambiamos pero hay bendición para los que
son embajadores del Señor.
Lo que el Señor quiere de nosotros es que publiquemos buenas nuevas, no importa la
circunstancia, situación que esté viviendo la persona como hijos de Dios somos
embajadores de buenas nuevas.
A
veces parecemos embajadores secretos porque no queremos que nadie sepa que lo
somos, debemos dejar que nos conozcan, ser genuinos, no aparentar porque la
apariencia es hipocresía. Hay
embajadores pesimistas, amargados, bipolares son carnales, aunque oren,
profeticen o prediquen una buena palabra después viene el consejo humano,
matrimonios que tienen problemas y el Señor les lleva como embajadores a una
casa a orar y hacen lo que tienen que hacer y después dicen: pero usted debería
ir igual a la justicia… otro ejemplo podría hacer un joven que tiene problema
para dar una prueba o certamen y un joven cristiano le dice: yo voy a orar por
ti para que el Señor habrá tu entendimiento… ora por el joven y todo pero
después le dice: por si acaso escribe en un papel lo que es difícil… esos son
los embajadores carnales que siempre le colocan su cosecha humana, embajadores
sin claridad, embajadores sin revelación porque no hay una cercanía, no hay una
comunión con el Señor.
Yo les he dado tu
palabra, y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy
del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No
son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad, tu
palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al
mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean
santificados en la verdad. Más no ruego solamente por estos, sino también por
los que han de creer en mi por la palabra de ellos. (Juan 17:14-20) es decir tenemos
responsabilidades, recompensa.
Padre, aquellos que
me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que
vean mi gloria que me has dado, porque me has amado desde antes de la fundación
del mundo. (Juan 17:24) debemos
de gozarnos porque un día los que seamos fieles veremos la gloria de Dios, el
hijo rogó al padre para que nosotros estuviéramos con Él es por eso que tenemos
que soportar lo negativo de la vida, debemos buscar ese renacer en el Señor, no
podemos criticarnos, no debemos buscar la falla o error entre nosotros mismos,
debemos de buscar la forma de ayudarnos mutuamente, seguir creciendo,
construyamos donde el Señor quiere que construyamos no andemos de un lado a
otro y un día nos encontraremos allá para que veamos su gloria, para que
contemplemos su presencia.
Debemos
anunciar para que otros crean, predicar para que escuchen, publicar lo que él
ha hecho con nosotros porque a hecho grandes maravillas para que las personas
vengan al Señor y sean seducidas por el amor del Señor.
Congregación cristiana de restauración de fe Elohim.
Leave a Comment