La trinidad.
En lo que es espiritual hay preguntas como: Como trabaja la trinidad, que es la
trinidad, que es Dios mismo, Padre, Hijo y Espíritu Santo pero la respuesta es un solo Dios pero hay padre, hijo y
espíritu santo.
Hoy en día el que actúa más visible es el
Espíritu Santo, el que nos da fuerza, nos alienta, provoca sanidad y el que
actúa constantemente en los creyentes, en los hijos del Señor es la presencia
del Espíritu Santo no hay otro, Dios envió a su hijo, su hijo entrego su vida,
Él cumplió pero Él en el libro de Juan dice:
Y yo rogaré
al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre
(Juan 14:16) cuando se refiere a otro habla de una persona,
no es una cosa, ni una fuerza poderosa, algunos dicen: el Espíritu Santo me toco… pero el está no se fue, esta es una persona
y cuando el Señor dice que Dios nos enviara otro consolador es porque cuando el
Señor estuvo aquí en la tierra Él era el consolador, el hijo de Dios nos
consoló cuando estuvo en la tierra pero hoy está la tercera persona de la
trinidad que es el Espíritu Santo y nos consuela, nos alienta, nos fortalece, el que nos guía y nos dirige por el camino correcto.
Parábola de la oveja perdida
Se acercaban a Jesús todos los publicanos y
pecadores para oírle, y los fariseos y
los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos
come. Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: ¿Qué hombre de vosotros,
teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el
desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra,
la pone sobre sus hombros gozoso; y al
llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo,
porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más
gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve
justos que no necesitan de arrepentimiento. (Lucas 15:1-7)
Esta parábola nos habrá del amor de Dios
a través del hijo el buen pastor, cuando la gente a veces habla y dice: me quede en la casa y nunca el pastor me fue
a ver… el pastor no esta para ir a ver a los taimados o las taimadas, el pastor es
para ir a buscar la oveja perdida, el buen pastor que es nuestro Señor
Jesucristo es el que esta trabajando en el corazón del hombre y la mujer pero
la gente siempre habla: el pastor nunca
me fue a ver, nunca me fueron a visitar… pero eso no es así, usted llego al
evangelio, usted se convirtió, usted creyó, usted depende de Dios, de nada mas
solo de Dios, todos tenemos una función en el reino de Dios pero la comunión no
depende del pastor, depende de cada uno.
Usted no puede esperar que lo vallen a
visitar sino que tiene que buscar la comunión con Dios, los pastores están para
aconsejar y dar un consejo oportuno cuando se necesite como pastores pero el
buen pastor dice que su vida da por las ovejas y la dio en la cruz, la dio una
vez por todos nosotros, si no queremos caminar, si no queremos seguir es una
cosa voluntaria cada uno toma su decisión.
El Señor, el buen pastor vino a dar su
vida por cada uno de nosotros, el que creyó y se arrepintió no se suelta pero si
se soltó tiene que reconocer que ha fallado porque el Señor dio su vida una vez
y para siempre.
Parábola de la moneda perdida
¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si
pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con
diligencia hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y
vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había
perdido. Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador
que se arrepiente. (Lucas 15:8-10) aquí vemos que el que trabaja y busca es
el Espíritu Santo.
Cuantos de nosotros nos hemos sentido
desanimados como que no tenemos ganas, que no tenemos ánimo, como que nadie nos
entiende y el Espíritu Santo nos dice: pero
yo te amo… todavía estoy contigo… es el que está constantemente y eso uno
lo siente, nadie nos lo dice sino que uno lo siente y eso nos motiva a congregarnos, nos
motiva a seguir creyendo en el Señor, nos motiva a creer en la palabra, creer
que Dios es real,que Dios es verdadero, no usa a nadie más sino que al Espíritu Santo.
El Espíritu Santo nos abstiene de cosas y
cuando uno no se abstiene el Espíritu Santo nos dice: estas cometiendo un error… tas fallando… cuando no nos reímos el
Espíritu Santo nos dice: sonríe porque yo
soy alegre…, el Espíritu Santo no es flojo, no se
levanta tarde está siempre despierto, generalmente uno despierta 3 o 4 de la
mañana y no sabe porque pero es porque el Espíritu Santo nos dice: ora… y nos despierta porque el está
siempre alerta, el sabe lo que nos conviene y cuando nos despierte a esa hora
inquietémosnos porque no sea que pueda suceder algo con nuestra familia y como
escuchamos el quiere que estemos en oración ya que el intercede, nos alerta.
El Espíritu Santo es lo más hermoso que
nos dejó el Señor porque la gente en el mundo dice que somos locos o fanáticos
pero la biblia dice que Dios nos envió el consolador, el está con nosotros. El
Espíritu Santo nos motiva, nos seduce. La fuerza y el poder del Espíritu Santo
nos impulsa a seguir.
La presencia del Espíritu Santo te da la
fuerza, vigor, te da la fe, te da salud y hace lo imposible y lo maravilloso, extraordinario que es Dios lo hace por sus hijos. El Espíritu Santo es una
persona, no es una cosa, es la tercera persona de la trinidad.
Muchas veces en las noches cuando nos desvelamos y necesitamos una respuesta, necesitamos encontrar un camino, el
Espíritu Santo nos dice: confía… no
hay pastor, no hay evangelista, no hay nadie, sino la presencia del Espíritu
Santo.
Parábola del hijo pródigo
También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el
menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me
corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo
el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus
bienes viviendo perdidamente. Y cuando
todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a
faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual
le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre
de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí,
dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo
aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo;
hazme como a uno de tus jornaleros. Y
levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y
fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el
hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno
de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor
vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y
traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha
revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando
vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de
los criados, le preguntó qué era aquello. El le dijo: Tu hermano ha venido; y
tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano.
Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba
que entrase. Mas él, respondiendo, dijo
al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y
nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha
consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. El
entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son
tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y
regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido,
y es hallado. (Lucas 15:11-32)
Aquí podemos ver al padre que perdona, el
padre que nos consuela, el padre que nos recibe, este capítulo habla en general
de lo que es el amor de Dios para el pecador, para que cuando el pecador se
arrepiente Dios le recibe, lo recoge, lo lava, lo limpia y lo lleva a su seno.
Podemos entender que Él siempre ha estado con nosotros y todo lo que tenemos,
todo lo que somos es gracias a Dios porque Él ha sido fiel.
A veces no sabemos pedir y si lo hacemos
pedimos mal para gastar en nuestros propios deleites y pedimos cosas que
también no son necesarias pero es mejor no pedir porque cuando uno no pide y
llega la bendición a nuestras vidas es más grande el milagro. Si estamos en el padre lo tenemos todo.
Congregación de restauración de fe Elohim.
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