Obediencia a Dios.
Una persona
dijo una frase que dice: obedeced más a los que enseñan que a los que
mandan… es una buena y
interesante frase, pero si nos mandan tenemos que obedecer porque los que nos
mandan a nosotros de igual manera les tenemos que obedecer pero cuando se le
enseña a alguien como cuando uno le enseña a los hijos como tienen que
vestirse, como tiene que lavar la loza, hacer la cama, le enseña y el hijo va
aprendiendo por la enseñanza pero si de la noche a la mañana la mamá se le
ocurre y le dice: anda hacer la cama…
el niño le va obedecer porque lo están mandando pero cuando el niño o la niña
fue enseñada obedece doblemente, obedece el mandato y
por la enseñanza que es superior a la ordenanza.
Nuestro
Señor Jesucristo y Dios mismo cuando estaba la ley, la ley era una ordenanza,
era un mandato pero nuestro Señor no vino a abrogar la ley sino a cumplir la
ley pero a través de nosotros nos convertimos en desobedientes porque estamos
bajo la gracia, la mayoría de nosotros caminamos y hacemos las cosas a nuestra
manera y tomamos el servir al Señor como ´YO´ creo que es bueno, como ´YO´
pienso que pueda ser las cosas bien o sean mejores pero cuando se nos enseña a
través de la palabra, cuando se nos insta hacer las cosas esta frase toma
valor, obedeced más a los que enseñan que a los que mandan… porque
obedecer nuestro Señor Jesucristo de ir a la cruz porque muchos decimos que fue
un mandato de Dios pero dentro de ese mandato de Jehová Dios, del padre de ese
plan que había tuvo que haber en el corazón de su hijo haber recepcionado la
enseñanza que Él tenía, que no había otra forma de rescatar a la humanidad si
no fuera por la venida de algo propio de Él y lo asumió porque lo aprendió que
así tenía que hacer.
Cuando una
madre o padre le da una orden a un hijo y este le obedece sin murmurar y sin
balbucear o reclamando porque, la mama y el papa se siente bien pero cuando la
mama y el papa escucha que manda al hijo y este reclama, pega portazos, quiebra
los platos se siente mal y la mama dice: te
las voy a dar… te voy a pegar… ¿Cómo se sentirá Dios cuando nosotros le
obedecemos por obligación?, cuando vamos a la iglesia porque tenemos que ir
para que no diga nada nuestra esposa o esposo o porque ya estamos ahí y hay que
seguir hay, ¿Cómo se sentirá Dios? Si Él dice que nos ha ordenado a enseñar que
tenemos que obedecer gracias a la enseñanza que nos ha entregado, el Señor
nunca nos va pedir algo malo para nosotros, ningún padre le va a pedir algo
malo a su hijo o hija pero tiene que haber un orden de obediencia, en cada
hogar hay reglamentos, hay algo que se tiene que cumplir, esta la hora de tomar
once, algunos no comen nada hasta el almuerzo y de repente los hijos por tener
hambre sacan un pan escondidos de la mama pero cuando se van formando los hijos
tiene que haber un orden, hay varios que son desordenados con el alimento y no
respetan las ordenes que están en su propia casa y a veces son los papas los
más porfiados es decir que quebrantan la enseñanza y consecuencia de esto pasa
que los hijos también van copiando y van haciendo lo mismo.
Cuando
tomamos acuerdos como iglesia de orar por algo o acuerdo para avanzar en algo
estamos todos de acuerdo ya no vale lo ´YO´ quiero, lo que nos gusta a
nosotros, no vale sino que muere, pero hemos perdido la capacidad de ser
humildes y de someternos a lo que se exige no como una imposición sino una
exigencia a la obediencia, no al pastor sino al acuerdo que se ha tomado en el
nombre del Señor.
Como iglesia
y como creyentes vamos perdiendo batalla porque estamos lejos de obedecer y no
sabemos porque nos pasan cosas en el trabajo, que nos tenían que pagar en tal
fecha y no lo hicieron, que paso esto y esto otro porque en las pequeñas cosas
que creemos que no son de tanta importancia Dios si las tome como importancia.
Si
obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando
a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda
vuestra alma, yo daré la
lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu
grano, tu vino y tu aceite. (Deuteronomio 11:13)
Si obedeciereis cuidadosamente a mis
mandamientos… cuidadosamente es algo puntual,
pequeños detalles, obediencia, cuando somos cuidadosos en obedecer a Dios bendecimos
a nuestros hermanos, somos bendición para nuestros hermanos, el ser obediente
cuidadoso nos lleva a cuidar los deberes y pensamos que cosa pequeña se le
olvido a la hermana(o) y que nosotros podamos llevar a aportar.
obediencia
cuidadosa, algunos ejemplos: como cuando uno ase la cama y la deja bien
estirada para que quede bien arreglada, cuando uno lava la loza la lava y la
vuelve a lavar para que no quede con ningún resto de comida, hay que ser
cuidadoso y cuando le obedecemos al Señor tenemos que obedecerle pero con
cuidado y ese cuidado tiene que ser con reverencia, respeto, temor y ahí es
donde todos fracasamos porque comenzamos a aplicar el ´yo´ , en nuestro trabajo
suele pasar que nos dan una orden para ejecutar en nuestro trabajo y generalmente
el jefe dice: pero… viene el jefe y
vemos que todo está bien y el jefe también le asimila que está bien y después
dice: pero… nosotros nunca hemos
escuchado decir al Señor, está bien pero…
debemos de tener cuidado porque pequeñas
cosas nos hacen fallarle al Señor, tenemos que tener cuidado para servir al
Señor.
Antes los
creyentes decían: primero Dios, segundo
Dios y tercero Dios… pero eso no existe porque Dios está en todo lugar,
cuando cuidamos de nuestra esposa(o) Dios está ahí también, cuando cuidamos de
nuestros hijos Dios está ahí también, entonces no podemos decir: Dios primero, segundo Dios y tercero Dios… porque
Dios nos manda a servir primero a los que están cerca nuestro, a los que
tocamos, a los que vemos, entonces cuando sirvamos a Dios de todo corazón y con
toda el alma es cuando hacemos el bien a
los demás también.
Algunos
piensan que servir al Señor con todo el corazón es orar, ayunar, cantar ¿y la
parte de servir, la parte de hacer dónde queda?, predicar, enseñar, orar es la
esencia del creyente y eso de que le sirve a la sociedad, eso le sirve a uno,
al núcleo familiar como creyentes pero debemos proyectar otra cosa, proyectar
que somos hijos del Señor, que hay gente que no sabe cómo orar, que hay gente
que no sabe que es la salvación, gente que no entiende nada y nosotros que lo
tenemos todo no estamos colocando el corazón, el alma para obedecer al Señor.
Hay gente
que divide a la familia se congregan, van a la iglesia pero internamente el
esposo piensa de una manera y la esposa piensa de otra manera como dijo una
anciana: aquí está mi esposo esta es la
cruz que llevo… y así también hay esposos que dicen: esta es mi esposa esta es la cruz que llevo… ninguno puede llevar
una cruz de esa forma, la cruz que lleva el matrimonio
es una cruz en conjunto para formar una familia los dos tienen que ayudarse,
la esposa es la ayuda idónea y el esposo necesita de esa ayuda idónea, la
esposa tiene que dar esa ayuda, el esposo tiene que hacer lo que tiene que
hacer, servir al Señor con toda el
alma, con todo el corazón es intentarlo todos los días, por lo general
los religiosos dicen: tienes que servir
al Señor de esta manera porque no hay otra… y comenzamos a cuadrar como
servir al Señor.
Hay gente
que es más extremista, que a todos les andan diciendo que son cristianos y
otros que escuchan todo el día música cristiana a todo volumen para que todos
sepan que son cristianos y más que ser bendición es una carga para los demás
porque tenemos que ser sabios e inteligentes y cuando
aprendemos a ser obedientes sabemos cuándo debemos actuar.
Tenemos que
servir al Señor con alegría, con agrado, gratitud, amor, con hambre porque hay
momentos que tenemos que negarnos, momentos en donde comemos o hacemos lo que
el Señor nos manda, algunos no lo hacen porque dicen: no, si yo salgo así me descompensó… me voy me mareo, no puedo… servir
al Señor incondicionalmente, no tener vergüenza para servir al Señor,
tenemos que servir al Señor con gozo, el diablo no nos puede quitar el gozo
podemos sentirnos tristes, como que bajo la alegría, el contentamiento pero el
gozo del Señor es nuestra fortaleza y eso no lo quita nadie porque el gozo del
Señor va de la mano de la fe, el gozo y la fe es algo que no se separa y está
en nosotros, en todo creyente, cuando pasamos por problemas, dificultades le
hemos dicho al Señor que no se nos acabe la fe y cuando decimos fe de inmediato
gozo, cuando ya desaparece la fe desaparece el gozo y el gozo es la fuerza para
poder orar en la prueba, podemos estar llorando pero estamos orando, podemos
estar con una prueba difícil de sobre llevar pero estamos creyendo que Dios
puede hacer algo porque está el gozo del Señor por nuestra fe, si no está el
gozo del Señor no tenemos ánimo, es decir que el diablo no nos quita el gozo
sino que la paz nos quita, nos roba la paz, lo que nosotros carecemos es de paz
a veces, cualquier cosa provoca un tsunami en la casa porque nos falta paz pero
el gozo no nos quita nadie.
Yo daré la
lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu
grano, tu vino y tu aceite (Deuteronomio 11:14)
Esa lluvia
tardía es para los desobedientes, para a los que les cuesta a la primera
obedecer porque para los que obedecen hay ganancia, esos van a tomar toda la
lluvia temprana y los que somos desobedientes vamos a esperar la tardía y si no
alcanzamos eso quedamos sin lluvia.
Cuando a uno
le pasa algo grave el Señor le advirtió y nos pasa algo grave, uno entiende y
dice: Señor perdóname… inmediatamente
el Señor manda esa lluvia tardía, es más poquita pero llega, es decir que a los
que estamos desobediencia, a los que no hacemos nada en la obra, a los que
tienen tiempo para todo pero no hay tiempo de servicio en el reino de Dios eso
es desobediencia, acordémonos que todos somos procesados, llega un tiempo
donde no hay trabajo, tiempo de enfermedad, un tiempo donde la escases entra
con todo a nuestra casa pero cuando hay obediencia dice que Él manda la lluvia
temprana.
Mirad, pues,
que hagáis como Jehová vuestro Dios os ha mandado; no os apartéis a diestra ni
a siniestra. (Deuteronomio 5:32)
Si nos
apartamos milésimas para un lado o para el otro podemos fallar y caer, puestos
los ojos en el Señor no va a suceder pero cuando apartamos la mirada si
fallamos.
En lo que
requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor
(Romanos 12:11)
Cuando
estamos en obediencia no somos flojos o flojas, en la pereza hay desobediencia,
ferviente es apasionado.
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
(Santiago 4:7)
Cuando hablo de someterse es obediencia, no tenemos escusas cuando
tenemos que servir al Señor pero somos buenos para excusarnos.
Nadie puede engañar al Señor y decir que por esto u esto otro no puede
servirle porque somos buenos para excusarnos.
Y decía a
todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz
cada día, y sígame. (Lucas 9:23)
No podemos
decir que somos servidores del Señor si no nos negamos a sí mismos pero el
Señor quiere que tomemos nuestra cruz y le sigamos. Cuesta tomar nuestra
cruz personal porque la cruz en vez de servir como desafío de creerle al Señor
la ponemos como obstáculo.
La
obediencia a Dios es más que cualquier sacrificio que nosotros ágamos o creer
que pueda agradar a Dios.
Andad en
todo el camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya
bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer. (Deuteronomio
5:33)
La
obediencia es un valor de cada persona, el obediente es humilde, obediencia del
latín ob audire significa el que
escucha, es decir que cuando escuchamos a Dios obedecemos, la obediencia es el
que escucha.
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