Todo lo hizo hermoso en su tiempo.



Cuando llega a nosotros un proceso sea de cualquier índole y se nos ha predicado, enseñado y el Señor nos a exhortado que cada hijo de Dios debe ir o pasar por el desierto, como creyentes sabemos que más de alguna vez y a veces se repite, dependiendo el propósito que Dios tiene nos va a llevar al desierto.

¿Cuántos hemos sentido el desierto en nuestra vida? Porque a veces es muy fácil decir que pasamos por el desierto y no hay crecimiento en la parte espiritual porque cada paso por el desierto es porque el Señor nos lleva a templarnos, transformarnos y que demos fruto, es por eso que a veces pasamos por ese desierto donde estamos solos, donde se nos va el ánimo, no tenemos fuerza, a veces predicamos y hablábamos pero es necesario que se nos recuerde que es necesario pasar por el proceso porque en el proceso Dios nos habla pero no nos habla rápidamente sino que deja que pasemos el desierto y el desierto es árido, seco, sin agua, sin sombra y cuando estamos pasando por el desierto es como las películas donde la persona va caminando y se le va quemando la cara, la piel, los labios se le secan porque no hay nada para beber y espiritualmente nos hemos sentido en más de alguna ocasión así, nos toca pasar por momentos así porque somos sus hijos y algún propósito tiene Dios con cada uno y los procesos cuando Dios tiene un propósito con alguien son fuertes para que entendamos si realmente amamos a Dios por sobre todas las cosas, si realmente nos hemos convencido que no hay otro camino, Dios nos procesa de tal forma que llega un punto de quiebre en nuestra vida donde seguimos o nos quedamos.

Lo importante es saber si estamos pasando la prueba o el proceso por voluntad de Dios, Él nos empuja a vivir cosas difíciles, en esos procesos donde no hay respuesta lloramos, nos desesperamos, nos afligimos, sentimos miedo y nos ponemos preguntones y decimos: Señor porque… porque me toco a mi… comenzamos a preguntarle al Señor en el paso por el desierto.
Cuando pasamos por el desierto también comenzamos a bajar de peso porque se va el apetito, hasta el más bueno para comer en el desierto deja de comer.

A los procesos que nosotros mismos provocamos que nos sucedan pensamos que no es proceso de Dios pero la realidad es que nuestras equivocaciones o errores Dios la va usar para procesarnos, es como cuando un hijo es porfiado y mama le da su merecido y le dice: te dije cierto… entonces viene la disciplina del Señor ya no hay un desierto de enseñanza hay un desierto a disciplina y ese es más doloroso porque una va pensando y asumiendo que los errores cometidos nos tienen ahí y Dios los está usando para templarnos para no volver a cometer los mismos errores.
Uno no por cometer un error no ama a Dios, cometemos un error pero dentro de nuestra humanidad o parte humana, carnal no deja de amar a Dios porque ha entendido que Dios es todo, nuestro errores, nuestras malas decisiones Dios las usa en disciplina en el desierto pero también para enseñarnos y ahí aprender, crecer.

Podemos tomar una mala decisión pero uno como ya sabe cómo trata Dios debe guardar silencio y esperar la disciplina del Señor, cuando uno sabiendo hacer lo bueno y no lo hace duele más, Dios usa las cosas malas, negativas para procesarnos en su desierto porque dentro de ese proceso obligado que nosotros buscamos nunca nos faltó el mana, nos dio para suplir nuestra sed y eso es una manifestación pura de que Dios es fiel.

Muchos tenemos miedo del dolor, de la incertidumbre que va a suceder ya que el no saber lo que va a suceder en alguna cosa de la vida estamos a la expectativa y decimos; Señor ayúdame… porque estamos pasando por el proceso, un creyente que no vive el desierto es un creyente que no va a madurar, es un creyente niño que no crece.

Pero también debemos saber que detrás del desierto viene una victoria, detrás de pasar el proceso viene una victoria es por eso que no debemos detenernos, no podemos bajar los brazos.

Cuando pasmos algo muy fuerte muy fuerte es como que estamos solos y todos pasamos por eso y es algo difícil.

Todo lo hizo hermoso en su tiempo... (Eclesiastés 3:11)

A veces nos angustiamos, desesperamos sabiendo la respuesta y no encontramos la salida.

Cuando estamos en el proceso del desierto nuestra ropa se ensucia, no agua espiritualmente hablando y no es algo hermoso pero dice Todo lo hizo hermoso en su tiempo…
Y todos podemos ver que nuestro caminar ha sido difícil que todavía estamos entrando en su tiempo y cuando estemos en el tiempo de Él lo va hacer perfecto, nosotros no sabemos en qué tiempo estamos en el camino del Señor, no sabemos cómo Dios está tratando en nuestra vida sino que por fe vamos caminando creyendo que Él es por nosotros y con nosotros pero llegara el momento en que vamos a sentir algo liviano en nuestro ser, quizás no vamos a tener grandes lujos materiales pero vamos a sentir que es el tiempo que Dios hizo hermosa nuestra vida.

Para el creyente verdadero son pocos los tiempos de estar tranquilos, el creyente verdadero no tiene tiempo de vacaciones, no tiene solo tiempo para trabajar ni para la familia, el creyente verdadero también sabe que hay un tiempo muy importante que entregarle al Señor, ¿Qué tiempo dedicamos al Señor?, Es por eso que es necesario que cada uno pase por el desierto porque estamos todo el día, nos acostamos y levantamos pensando en el problema y pidiéndole fuerzas al Señor pero cuando nos ponemos indiferentes y nos da lo mismo lo que nos pase es porque nos da lo mismo el tiempo de Dios, es necesario pasar por el desierto, estar en la soledad, donde no tenemos ganas de nada. esas cosas malas las permite el Señor para que entendamos que nosotros somos del Él y siempre debemos depender de Él, solo de Él porque todo es gracias a Dios, todo lo que somos es gracias al Señor, hoy en día no debemos darle tanto espacio a la queja.

Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. (Deuteronomio 8:2)

El Señor no nos lleva al desierto hacer festín sino que nos lleva a afligirnos para saber cómo esta nuestro corazón, si vamos a obedecer o no y cuando pasamos momentos difíciles  en nuestra vida y nos desesperamos es para que entendamos si realmente vamos a servir al Señor porque hoy el creyente es sentimental, débil, se enoja, es indiferente, hoy el creyente es más superficial, cada uno busca lo suyo propio conforme cree estar haciendo lo correcto delante de Dios es por eso que es necesario que el creyente pase por el desierto para sacar la envidia, orgullo, vanidad, para sacar la indiferencia y si no aprendemos volvemos a pasar por el desierto.

El desierto es para crecer, el desierto no es para siempre, lo vamos a pasar pero hay buscar la comunión, la unidad, pedir fuerzas, seguir juntos en esa imperfección nuestra el Señor va querer perfeccionarnos pero tenemos un gran tesoro guardado en nuestro corazón que es la soberanía, presencia, la gracia del Señor, confiemos en el Señor, avancemos sin desmayar, busquemos la salida de nuestra dificultad en nuestra obediencia al Señor, busquemos la salida haciendo lo que Él nos ha mandado hacer cumpliendo nuestras responsabilidades en la obra y poniendo el corazón para que toda aflicción se desvanezca porque es promesa del Señor, la clave de pasar el desierto es mantener la fe no hay otra opción que no sea su presencia, nos falta entender que estamos bajo la soberanía del Dios todo poderoso.


Congregación cristiana de restauración de fe Elohim.

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