Maldiciones generacionales.
Hay
maldiciones que tenemos que entender,
comprender como personas, hay maldiciones tan fuertes en el hombre y la
mujer que traspasan a las generaciones que siguen que son los hijos y los
hijos después a sus hijos, desde la primera a la cuarta generación.
Dios
no es el que maldice, en cuanto
a las cosas que pasan en el ser humano o la maldición generacional, no es
maldición de Dios, no es que nos tiraron una maldición y esta quedo en nuestros
hogares y que pensemos: es que yo, mis
hijos y los hijos de mis hijos están así… la verdad no es así, la maldición generacional va muy cerca de
lo que sembramos, si sembramos pesimismo, pereza, orgullo, altives, mentira
eso vamos a cosechar con nuestros hijos y hay una maldición porque nosotros
comenzamos la cadena, la continúan nuestros hijos y después nuestros nietos y
nuestros bisnietos.
No es
cuestión de que alguien nos maldijo, la maldición generacional es lo que
nosotros sembramos, vamos a entregar.
Como el
gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, Así la maldición nunca
vendrá sin causa. (Proverbios 26:2)
Esta
expresado de una forma muy poética es decir que la
maldición nunca va ser una maldición sana siempre va a traer consecuencias
es por eso que es importante entender que lo que vamos dejando como herencia a
nuestros hijos, a los que vienen después de nosotros tiene ser algo positivo,
bueno y limpio.
Es por eso
que en ocasiones los hijos se parecen más a las madres que a los padres en sus
gestos, los hijos generalmente se parecen más a las madres que a los padres
porque la madre tiene más tiempo con ellos y los niños van creciendo viendo
como ejemplo a seguir a la mamá, los niños van creciendo con una imagen, con un
testimonio, con vivencias más cercana que es la mamá, aunque no lo queramos
reconocer a los hijos se le pegan todas las cosas malas de la madre como las
cosas positivas pero generalmente son las malas que más se notan es por eso que
el Señor pide a las mujeres, a las madres que tengan cuidado con sus hijos
porque herencia le vamos dejando a los hijos.
Si la madre
es perezosa para servir al Señor o si es tibia sus hijos van a ser igual, si la
madre es apariencia como creyente los hijos van a ser igual y hay comienza una
maldición y la maldición se va a traspasar, sus hijos van a crecer, van a
formar familia y su caminar dentro del evangelio va ser igual como lo vio en la
mamá, como lo vio en el papá, ¿intervino alguien ajeno a esa maldición? La
verdad es que no, sino que es consecuencia de nuestro actuar como personas,
creyente, esposo, madre, algunos dicen: mi
mamá se separó con mi papá entonces yo estoy condenado(a) a tener que vivir lo
mismo… eso es mentira, es falso, nosotros no
podemos pretender romper una maldición sino arreglamos nuestra vida, no podemos
pretender que Dios nos ayude en solucionar algo sino arreglamos nuestra vida,
arreglemos nuestra vida porque si
queremos lo mejor para nuestros hijos, para las generaciones que vienen debemos
arreglar nuestra vida.
Personas que
les gusta ser conflictivas, le gusta defender a medio mundo, le gusta andar
peleando por cualquier cosa es una maldición que trae consecuencia y más aún
uno acarrea enemigos siendo así y después los hijos también, esos enemigos que
son de la mamá o del papá los hijos lo heredan.
Una de las
causas que vienen estas maldiciones es porque no conocemos al Señor, tomamos
cosas para nosotros, hacemos cosas que sin darnos cuenta traen consecuencia
para nuestra descendencia, también para los que creen en el Señor llevamos y
traemos una maldición para nosotros y para nuestras generaciones cuando somos
desobedientes con el Señor y antes de conocerle tenemos una maldición por no
conocer al Señor, siempre involucra la relación que el hombre y al mujer tiene
que tener con Dios.
Hay
maldiciones que provienen de nuestro enemigo, maldiciones de la gente que nos
rodea y también del mal uso de las palabras, el mal uso de la palabras es como
auto maldecirse, palabras como: yo no
sirvo para esto… yo nunca voy a lograr esto… yo nunca podré hacer… y
comenzamos a proclamar, a usar malas palabras y lo que decimos se va a cumplir
y los hijos heredan esto de nosotros, hay mamás que hay cosas que les es
difícil y los hijos también dicen después, no
me gusta… me cuesta… eso son maldiciones que son consecuencia es por eso
que debemos hoy hacer un alto en nuestro andar diario como esposo, como padres
y decir las cosas buenas que podemos lograr, nunca detenernos en los
propósitos, proyectos personales, como también lo proyectos que Dios tiene sino
que avanzar a pesar de las luchas, pruebas, dificultad, enfermedades, enseñar a
nuestras familias, a nuestros hijos que sean guerreras y guerreros, no
enseñarlos a ser regalones porque la vida que les viene a ellos es mucho más
difícil, es mucho más complicada para ser hijo del Señor va ser muy grande la
lucha y va tener que ser muy valiente y sino va ser valiente se va ir al mundo
y no va estar la mamá para consolarlo(a) es por eso que la madre cristiana, padre cristiano tiene que ser un hombre y mujer que de
testimonio que es guerrera o guerrero, que no coloque en la misma
balanza lo que es lo espiritual con lo material, terrenal, que no podamos
nosotros por ejemplo colocar una salida, un paseo como una cosa que vamos a ir
a predicar y decir: no que tengo un
compromiso… nuestros hijos van a ser lo mismo y que herencia vamos a dejar.
A veces
dejamos a nuestros hijos hacer lo que quieran porque lo encontramos todo lindo
lo que antes era malo hoy es lindo, los dejamos que entren en cualquier cosa
secular para entretenerlo, para que aprendan algo pero no instruimos al niño en las cosas espirituales, los
niños y jóvenes están ocupando el tiempo que es de Dios a las cosas de este
mundo, cosas que van a perecer.
Hoy
colocamos a nuestros hijos con el televisor, computador o recreación y estamos
sin darnos cuenta sembrando una maldición de impío en el corazón de nuestros
hijos, no nos preguntemos con los años después porque nuestros hijos no quieren
arrepentirse si no ponemos freno a las cosas que estamos viviendo hoy como
madres o padres vamos a llorar el día de mañana, con lo que nosotros asemos maldecimos o
bendecimos a nuestros hijos.
Como
padres debemos esforzarnos más y dar testimonio para no traer maldiciones que
van a traer cosas negativas en el futuro de nuestros hijos, tenemos que hoy
sembrar para el futuro ver y gozarnos con lo que sembramos en nuestros hijos, hombres y mujeres guerreros(a) de Dios y
todo valdrá la pena pero nuestra actitud tiene que cambiar hoy porque si no
vamos a dejar maldición a nuestros hijos y la iglesia con maldición no
prospera, pueden haber muchos cristianos y dentro del cristianismo, dentro de
las iglesias hay gente que todavía no entiende que hay que romper las
maldiciones generacionales, dejar las cosas que nos hacen daño.
Hoy en día
queremos ser muy complacientes con los hijos hasta que los hijos hoy en día
toman el gobierno del hogar porque hacen lo que quieren y aunque digamos que
ponemos cuidado porque en las pequeñas cosas el diablo va ganando terreno y sin
darnos cuenta a veces nos lleva una hectárea, hoy tenemos que sembrar en
nuestra casa, hoy tenemos que romper maldiciones de tibieza, el cansancio
espiritual es una maldición, nos podemos contagiar y también los hijos se
contagian nos nuestra pereza espiritual.
Debemos
marcar una diferencia, romper las maldiciones, los padres de hoy en día están
sembrando una maldición en los hijos de soledad y en la soledad el diablo se
aprovecha y los niños, los jóvenes que van creciendo están propensos a ser
seducidos por la depresión porque viven tan sumidos en la tecnología, en la
televisión que no nos damos cuenta lo que están absorbiendo, rompamos las
maldiciones que vienen y si no lo vemos ahora es porque el Señor nos dice que
eso viene a futuro.
No te
inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte,
celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y
cuarta generación de los que me aborrecen (Éxodo 20:5)
Aquí hay una
maldición hereditaria porque cuando dice:
que visito la maldad de los padres… es
decir que los padres comenzaron algo, es decir cuándo
vamos sembrando algo malo somos nosotros que provocamos estas cosas es por eso
que debemos romper las maldiciones, cuantos papas y mamas están pensando
en formar hijos, hijas solamente para este mundo porque todos hoy quieren que
los hijos sean algo en este mundo sabiendo que nadie sabe cuándo va a morir o
partir pero creemos que nuestros hijos como son hijos nuestros van a durar toda
una vida pero no sabemos hasta cuando el Señor nos va dejar tener, tenemos que
pensar y proyectarnos pero esto tiene que ir de la mano en formar niños,
jóvenes que sean temerosos de Dios.
Muchos
padres dicen: tengo un hijo ingeniero,
una hija doctora… y todo en el mundo y el papá orgulloso porque tenía
profesión y ¿Qué pasa con la parte espiritual? Que herencia estamos dejando
hoy, estamos formando una iglesia tibia, una iglesia indiferente, una iglesia
de estar a la par con el mundo para nosotros sentirnos parte del mundo queremos
estar al mismo nivel que el mundo pero el Señor nos tomó para marcar una
diferencia.
Es decir que
si nos damos cuenta algo malo vamos a dejarle a nuestros hijos y eso lo va a
traspasar a nuestros nietos es por eso que tenemos que saber lo que estamos
haciendo con nuestro testimonio dentro del evangelio y muchos de los hijos no
se fijan en lo positivo de los papás sino en las cosas pequeñas o grandes que
hacemos y se lo refriegan en la cara sin respeto pero no se dan cuenta que esa
madre, que ese hombre que es su padre se han esforzado por caminar, con
debilidad, flaqueza, han vivido una vida creyéndole al Señor, debemos esforzarnos
y romper las maldiciones que podamos dejar a nuestros hijos, dejemos
huellas buenas que conduzcan a un buen camino, si le estamos llenando la vida a
nuestros hijos con cosas de este mundo que futuro van a tener.
sabiendo que
fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de
vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata (1 Pedro 1:18)
fuimos
rescatados, ya las cosas que son negativas no deberían estar, las malas huellas
desaparecen, lo que era maldición antes cuando el Señor llego a nuestra vida lo
que traíamos de nuestros padres ya muere, mengua porque el Señor nos rescató,
es decir que toda la herencia negativa que podemos adquirid de nuestros padres
cuando venimos al Señor coloco algo diferente en nosotros es por eso que es
importante que hoy enseñemos a nuestros hijos que
Dios es importante en su vida porque nosotros como personas fallamos
y vamos a dejarles cosas negativas, vamos a heredarles cosas malas pero cuando
ellos se entreguen al Señor dice que no es oro ni plata para que se corrompa
sino que es algo que permanece a través del tiempo, es un cambio de vida,
cambio de pensamiento, es
importante que hoy los niños, jóvenes sean instruidos.
Es triste
ver cuando una niña queda embarazada y es madre soltera, es triste ver esa
realidad porque la mamá y el papá vivió metido en la iglesia pero nunca dieron
una herencia a sus hijos de un cambio de vida.
Cuando
dejamos una buena herencia los hijos crecen y toman sus decisiones pero cuando
hay una semilla plantada de temor a Dios aunque estén solos(a) en cualquier
parte tienen reverencia, respeto a Dios por eso es necesario hoy romper esas maldiciones y ser diferentes,
debemos formarnos en una buena palabra, buena enseñanza, el futuro que van a
emprender sea un futuro de prosperidad, van a tener problemas igual,
dificultades pero hay una semilla buena de bendición, prosperidad, no
maldición.
Como superar la mala herencia o maldición
generacional?
Así que, si
el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. (Juan 8:36)
Ya
no somos esclavos de ninguna herencia maligna o mala, a veces arrastramos una maldición de nuestros
padres porque hasta en los mejores hogares hay cosas que son negativas y se
arrastran y a veces no nos damos cuenta porque estamos tan habituados y al ver
esto lo tomamos como algo normal, se ve pero no se ve, está ahí, a veces asemos
cosas que no van a funcionar en la vida de nuestros hijos, tengamos cuidado, sembremos
en nuestros hijos un buen camino, rompamos las maldiciones que tenemos.
Padres que
fueron alcohólicos después los hijos se volvieron alcohólicos porque sus padres
les dejaron una herencia no porque él le inyecto alcohol sino porque vio el
ejemplo y algunos dicen que viene en los genes pero no porque eso se transmite
por el ejemplo, tanto ver, tanto observar se transmite y después se hace
habito, costumbre y no solamente de los que beben sino la droga, los adúlteros,
la mayoría de los adúlteros son la copia de lo que fue su padre y como que
hablan con orgullo diciendo: mi papá
también fue así… hijo de tigre…
mujeres que engañan al esposo y dicen: si
mi mamá la sabia hacer porque yo no… es algo muy grave pero son herencias
de maldición.
Cuantos
estamos sembrando bien? Tenemos que romper las maldiciones porque nosotros no
somos igual que el mundo, la libertad a veces se confunde con libertinaje,
cuando no tenemos el control de nuestra persona en lo que podemos tener como un
habito o un mal habito sino tenemos el control de ese mal habito ese mal habito
va a leudar, va a crecer pero cuando tengamos el control pensemos que eso hace
daño.
Tenemos que
saber cuál es la herencia de maldición que traemos de nuestros padres? A veces
los papás vivían peleando y los hijos siguen su matrimonio peleando, es una
maldición, su mamá le faltaba el respeto a su papá y el hijo o hija se casa y
le falta el respeto a su esposa o esposo, hoy debe romperse eso.
Cuando sabemos la herencia que traemos a nuestra familia debemos
arrepentirnos, romper eso, con determinación, creyendo que Dios va hacer un
milagro.
Tenemos que buscar la santidad en el Señor y
vivir para el Señor.
Conoce,
pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la
misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil
generaciones
(Deuteronomio
7:9)
Si
nos arrepentimos de los pecados generacionales que están en nosotros guardara
nuestras generaciones futuras, es una
promesa que debemos accionar, debemos cambiar, debemos de dejar de ser tibios
para servir al Señor, debemos de dejar de tener la lengua larga, dejar los
malos pensamientos, es algo feo cuando alguien dice: esa niña es igual de copuchenta que la mamá… es feo y se escucha.
El Señor
tiene una bendición para nosotros, para nuestros hijos, nietos, bisnieto pero
debemos de tomar una decisión hoy, nunca debemos quejarnos del evangelio sino que siempre dar
gracias al Señor que nos permite estar en su reino para que nuestros hijos vean
que es bueno porque algunos
dicen: oh no tengo ganas de ir a la
iglesia hoy… el pastor tanto que habla… y los hijos escuchan y dicen: si mamá no vallamos mejor… se va
pegando.
A los cielos
y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante
la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para
que vivas tú y tu descendencia (Deuteronomio 30:19)
Hoy
escojamos la vida, bendición pero para eso tenemos que romper la maldición que
hemos traído de generación en generación, debemos romper las maldiciones para
un bienestar para nuestro futuro, nuestro matrimonio, para los hijos que
vienen.
Por tanto,
guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas
que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida;
antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.
(Deuteronomio 4:9)
Es decir que
los abuelos y las abuelas tienen responsabilidad, no termina con los hijos
termina con los nietos y si Dios le da vida con los bisnietos, cuando nos damos
cuenta de que nuestra responsabilidad no termina con la crianza de nuestros
hijos porque después vienen los nietos y conocieron a los papás que eran
cristianos y saben que la abuelita y el abuelito son cristianos y van a prender
y podrás mostrarle el camino a tus nietos.
Pero Jehová
había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu
padre, a la tierra que te mostraré. Y
haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás
bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren
maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. (Génesis
12:1-3)
Cuando
nosotros entramos en el molde del Señor hay un respaldo, cuando entramos en la
obediencia, cuando entendemos lo que significa servir al Señor que no es a
nuestra manera, que no es como creemos Dios nos entiende de tal forma que sabe
que usted dedico tiempo para servir al Señor pero si lo terminamos nosotros y
no dejamos que Dios termine el día de nada sirve , hay una bendición, cuando
comenzamos a poner obstáculo al servicio del Señor acarrea maldición no
solamente para nosotros sino para los nuestros pero cuando nos dejamos usar por
el Señor y todo proviene de su corazón para bien hay una bendición que sobre
abunda.
Congregación cristiana de restauración de fe Elohim.
Leave a Comment