Jehová separa las aguas de nuestra vida.
Llama mucho
la atención como Jehová Dios trataba con sus siervos, trataba de una forma muy
directa, muy personal, los usaba como ellos eran, tenían su propia personalidad
como la tenemos nosotros pero Jehová Dios los escogía y los escogía con
propósitos determinados podemos ver en
la palabra de Dios los profetas en un tiempo y después de ellos venían otros
con propósitos y nos olvidamos que nosotros también estamos incluidos porque
Dios también tiene un propósito siempre hay que recordar eso.
Y vinieron
cincuenta varones de los hijos de los profetas, y se pararon delante a lo
lejos; y ellos dos se pararon junto al Jordán. Tomando entonces Elías su manto,
lo dobló, y golpeó las aguas, las cuales se apartaron a uno y a otro lado, y
pasaron ambos por lo seco. Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo
que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te
ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. El le dijo: Cosa
difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así;
mas si no, no. Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de
fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un
torbellino. Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y
su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió
en dos partes. Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y
se paró a la orilla del Jordán. Y tomando el manto de Elías que se le había
caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así
que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y
pasó Eliseo. Viéndole los hijos de los profetas que estaban en Jericó al otro
lado, dijeron: El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo. Y vinieron a
recibirle, y se postraron delante de él. (2 reyes 2:7-15)
Aquí podemos
ver que igual hubieron otros que igual abrieron las aguas algo muy interesante,
es de decir que Dios uso en un principio a hombres como a mujeres también con
un propósito para destruir, para derrumbar a los enemigos y hoy también tiene a
la iglesia que también somos usados para tener victoria en medio de lo
imposible porque cruzar en seco era imposible solamente los hijos del Señor
tienen fe la seguridad de que Dios en lo que sea Él va a separar las aguas y vamos
a pasar en seco, Él nos dio autoridad, nos ha dado promesa de que somos sus
hijos y que cuando le creemos Él separa lo bueno de lo malo y nos comienza a
descontaminar.
Algo que
llama mucho la atención de esto es con qué autoridad, con que fe porque no era
el manto sino que era la bendición, lo que el Dios había entregado a su siervo
para que se cumpliese la palabra que Dios entregaba, para que el varón de Dios
las entregase tenía que haber señales, hoy hemos perdido las señales, puede ser
que cuando predicamos le pedimos al Señor ver señales o una señal de que Él es
el que está hablando y después vamos tomando mucho exceso de confianza creyendo
que somos nosotros los actores pero solamente somos
instrumentos en las manos del Señor y el que hace es Él, entonces cuando
queremos que el Señor provoque en nosotros algo especial y a través de nosotros
hacia los demás tienen que haber señales, ¿será que después Eliseo hizo lo
mismo porque tenía la doble porción del espíritu de Elías? La verdad es que no
sino que habían testigos para dar testimonio de que este varón era el que iba a
seguir con el propósito que Jehová Dios tenia para con su pueblo.
El pueblo
veía al que iba al frente y lo miraba en todo, todos su hechos y cuando vieron
que Eliseo hiso lo mismo pensaron que quedo con el espíritu de Elías.
Pero
la verdad de las cosas es que nadie si nosotros muriéramos quedara con nuestro
espíritu porque nosotros no tenemos nada que sea más grande que Dios, lo único
que podemos dejar nosotros son ejemplos, enseñanza, huellas, marcar algunos
corazones pero la unción viene de Dios,
la gracia viene de Dios, cuando creemos en esto somos capaces de ver más
allá de lo que hoy estamos viendo.
Elías sabía
que tenía que irse, sabia hasta donde tenía que llegar y nosotros debemos
seguir en lo que Dios nos ha mandado, cuando ya nos hemos arrepentido y venimos
al Señor el Señor hace manifiesta su presencia en el creyente pero Dios ya lo
tenía mirado a Eliseo antes de que golpeara con el manto las aguas.
Cuando vemos
esta situación donde se va uno y queda el otro se provoca de inmediatamente y
se hace visible inmediatamente la señal en el pueblo porque habían otros del
pueblo que estaban mirando y creían en el profeta que se había ido pero también
comenzaron a creer que estaba el otro que había quedado es decir que la obra
del Señor no le pertenece a un hombre o a una mujer, no le pertenece a nadie
terrenal porque le pertenece a Dios y en el tiempo que Él quiere va a usar
a uno o a otro pero la obra sigue siendo de Dios.
Tomemos ese
manto que no es porción de presencia del Señor sino que es una señal de tomar
responsabilidades, de tomar el peso, no necesitamos algo material para creer
que el Señor ya nos miró y nos tomó con un propósito, no necesitamos algo
visible, si lo hizo en un tiempo con Moisés con una necesidad de que el pueblo
tenía que cruzar y después por uno y dos hombres también hizo el mismo milagro
para cruzar es decir que no hay preferidos para Dios.
¿Cuantos
hemos sentido el peso de ese llamado? Porque cuando le Señor pone su mirada en
nosotros pone la responsabilidad de cargar con lo que significa ser hija o hijo
del Señor y eso pesa porque es algo especial que debemos darle honor,
reverencia a lo que el Señor ha hecho con nosotros pero lamentablemente nuestra
humanidad nos lleva a resbalar, tropezar, a cometer errores pero el Señor nos
recuerda que puso su mirada en nosotros, cuando tenemos un llamado, una responsabilidad
y si nos queremos ir igual que Jonás y escondernos no lo vamos a lograr porque
Dios nos ha escogido para hacer milagros.
Aún estamos
creyendo que las cosas funcionan en nuestra lógica humana y no es así, algunos
dicen en lo sobrenatural pero lo sobrenatural es maligno sino que
debemos creer en lo extraordinario y maravilloso que es Dios para obrar, debemos pedir al Señor la fuerza para llevar la
responsabilidad que Él nos ha dado y que separe las aguas que están enfrente de
nosotros porque nos es imposible cruzar, decirle al Señor que queremos
descansar en Él porque Él ha dado promesa para nuestras vidas, debemos pedir al
Señor que separe nuestras aguas, aprendamos a tomar buenas decisiones para no
equivocarnos.
El Señor no
está en una balanza entre lo espiritual y lo cotidiano o lo personal, Dios
seguirá siendo Dios siempre, el centro de la vida del creyente, cuando se
separan las aguas podemos escuchar la voz de Dios dice la palabra que aquellos
hombres pasaron en seco, en seco quiere decir no hay nada en nuestro alrededor,
dejamos un espacio limpio para que Dios nos hable, para que Él sacie nuestra
necesidad,
Tenemos que
tomar decisiones, tomar en serio nuestras responsabilidades, nuestro llamado
nos ayuda a separar las aguas, podemos pasar por las aguas sin mojarnos
separando las aguas, las aguas nos ahogan, las aguas nos inundan pero cuando
logramos separarlas pasamos en seco.
Congregación cristiana de restauración de fe Elohim.
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