Familia cristiana: Sumisión y amor hacia la familia.
Sumisión es
sometimiento, entregado, sumisión viene de la palabra someterse, sometimiento,
someterse y amar a la familia.
El entender
esto nos lleva a un análisis personal, como también a pensar a que grado somos capaces
de someternos o guardar silencio cuando hay un problema.
No sirviendo
al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de
Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad,
como al Señor y no a los hombres (Efesios 6:6-7)
Es decir que
en nuestra sumisión en el hogar, en la familia debemos hacer las cosas no
porque nos vean, no porque manden, no porque nos digan sino hacerlo por amor,
sujetos, ayudar en hogar no porque se nos imponga sino es sumisión para guardar
la comunión, el bienestar familiar, matrimonial, tenemos nosotros que ser
colaboradores para que el hogar funcione, para que la familia funcione
debemos colaborar eso es una familia de creyentes, de hijos del Señor.
Es
decir la sumisión va a valer o va a llegar hasta que dejemos de amar, nuestro comportamiento, el comportamiento
de la mamá en la casa debe ser lo mejor posible, es difícil andar sonriendo
todo el día pero cuando hay mucha amargura en un hogar no se disfruta la
comida, no se disfruta el momento de estar juntos, no se disfruta nada, es
más lo más torpe de la mujer y del hombre es estar en una mesa sentados y no
hablando y ahí se pierde la sumisión, se pierde el amar porque el amor todo lo
sufre, todo lo soporta y cuando nos damos cuenta que se está perdiendo el
respeto, pero no el respeto de mamá o de los hijos a los padres sino que lo
primero empieza con la cabeza es decir el esposo y la esposa, cuando los esposos se pierden el respeto entre si no hay
sumisión de ambos, no hay respeto hacia el otro, sino que el que habla
al último es el calla al otro, es como se perdió el amar, se perdió eso de que
voy a bajar mi tono porque he aprendido que debo ser sumiso o sumisa en los
momentos difíciles, hasta los hijos debemos demostrar sumisión cuando le
decimos algo y ellos respondan; ah que te
metes tu… tenemos que guardar silencio porque va llegar el momento en que
van a tener que enfrentar el problema, la dificultad y tenemos que hacer las
cosas para Dios no a la vista de los demás porque a la vista de los demás en
nuestra casa somos de una manera, en la casa hablamos de otra manera pero
cuando nos enfrentamos a la vista de los demás en la iglesia, en la calle
podemos andar sonrientes, saludamos bien pero al que le gritamos en la casa es
al esposo o a la esposa y de repente alguien nos puede decir: oh me gusta su voz… y el esposo(a) que
está al lado entre si diría: si la
escuchara en la casa…
Cuando se pierde el respeto se va perdiendo
la comunión y ya no estamos dando testimonio
en el hogar, en la casa, las cosas hay que conversarlas pero ¿Por qué tenemos
que llegar hasta el enojo para conversarlas? Cuando
nosotros vamos perdiendo el respeto hacia la otra persona se va apoderando de
nosotros la indiferencia y nos importa muy poco lo que sienta la otra persona
sea nuestra esposa o esposo, pero
como va ser tanto tan delicada o tan delicado… dicen otros pero debemos
ponernos en el lugar del otro eso es cuidar de la familia, hoy matrimonios se
separan a veces por tonterías, no hay ninguna mujer o hombre por entremedio
sino que simplemente se enojaron y se pasó a un ¨problema grave¨, algo que no
estuvieron de acuerdo y se levantaron las voces, se ofendieron, algunos sacan
armas y matan a su esposa o esposo es por eso que suceden estos problemas.
Se
pierde el respeto cuando no hay sumisión,
hay esposas en estos tiempos que ya no respetan a sus esposos, es más la última
palabra no la tiene el sino ella y eso no es someternos.
Cuando los
hijos forman su familia los padres quedan solos en el hogar ya que los hijos se
van y la esposa debe cuidar a su esposo.
Cuando el
esposo se levanta por la mañana y lava la losa sin que nadie le diga nada la
esposa se siente bien pero no falta la esposa que echa a perder la situación
diciendo: no vas a quebrar los platos…
cada ves que lavas la losa me quiebras algo… entonces la buena voluntad del
hombre pasa de largo, no valorizan el gesto, hay veces que la esposa ni se lo
espera y el esposo la sorprende haciendo algo que nunca pensó que lo haría pero
también hay esposos que son cómodos solo tienen tiempo para el trabajo y el
descanso, no tienen la voluntad para mantener la sumisión de ambos porque
cuando una esposa es sumisa, tiende, lava, plancha la ropa, hace todo lo que
tiene que hacer como esposa el esposo debe darle valor a eso no es solamente
llevar el dinero, debe haber una complicidad, una
amistad en el hombre y la mujer como esposos debe existir.
Cuando
hagamos las cosas debemos hacerlas de buena voluntad, no murmurando o
quejándonos por lo que nos toca hacer, el Señor nos enseña hacer cosas nuevas,
cuando hay comprensión en el matrimonio, cuando hay esa complicidad, sumisión
de ambos tienen tiempo para descansar, para ver televisión, para disfrutar,
salir, tienen tiempo porque el trabajo es compartido, se pelea menos, hay una
frase que dice: a la mujer hay que
quererla, no hay que entenderla… porque son distintas, nunca como hombres
vamos a entender a la mujer porque son física, psicológicamente y totalmente
distintas.
Cuando
comencemos a practicar esto vamos a ver cosas espirituales en nuestra casa,
¿algo espiritual dentro del día sucede en nuestro hogares?, ¿Qué pasa en
nuestra casa? Tenemos puras escusas para orar es decir que se ha quebrantado
ese reglamento espiritual, dentro de esto que implica a la familia, nuestro
hogar, familia es una cosa y hogar es otra cosa.
El
matrimonio lo compone un hombre y una mujer, la esposa y el esposo ese es el
matrimonio porque para que exista el matrimonio tiene que haber una esposa y un
esposo, para que exista la familia tiene que existir hijos, es decir que como
esposos debemos de cuidar lo que viene que es la familia o lo que algunos ya
tenemos la familia.
Dios cuando
establece el matrimonio, cuando decide Él en su soberanía de que el hombre no
podía estar solo porque no era bueno y hay puso en su mente de hacer a la mujer
y se la trajo al hombre, Dios entrego algo especial al hombre y a la mujer y
hasta el día de hoy eso permanece, cuando un hombre y mujer se casan, contraen
matrimonio se unen en una sola carne, tiene que existir
en ellos dependencia del uno del otro que no puedan estar el uno sin el otro, dependencia
en todo sentido, espiritual, moral, física y material en todo sentido dependencia
es por eso que las terceras personas dentro de un matrimonio estorban, ya sean
los papás, abuelos, tíos, estorban solo sirven de obstáculo, el hombre y la
mujer tienen que aprenden a depender en todas las áreas de su vida del uno del
otro ese es un matrimonio, ya no dependen de la familia, no dependen
de todo lo que puedan tener a su alrededor sino que dependen de ellos mismos,
sea bueno, sea malo, sea lo que pase están juntos y esto se aplicó cuando el
Señor saca después de la caída del hombre y la mujer los saca del huerto,
tenían una dependencia en el huerto directamente de Dios pero entre ellos
también había una relación, es decir que Dios los saca del huerto y ya no
dependían directamente de Dios sino que estaban dependiendo de ellos mismos de
lo que ellos hacían como matrimonio, vinieron los hijos y tenían que sembrar la
tierra, cuidar esto y esto otro, cada uno cumplía un labor hoy también sucede
lo mismo, excepto casos muy puntuales donde hay mujeres viudas, separadas,
solteras que tienen familia pero también la biblia dice que Él es su esposo
para los que creen.
Entonces el matrimonio tiene que empezar bien dependiendo del uno del
otro, aunque digan lo que digan de su esposa o esposo pero usted vive
con ella o con él, debemos aprender a entenderla y a entenderlo, ayudarla,
amarla, sometimiento el uno con el otro, ese es un matrimonio.
También lo
que es el matrimonio cristiano, la familia cristiana debe enseñar esto a sus hijos
que es la comunión con otros hermanos, si no nos relacionamos con otros
hermanos que no sean solamente nuestra familia estamos fallando en la
confraternidad, en la comunión, en la hermandad que Dios ha entregado para
nosotros en manifestar esa igualdad de amor, de entrega hacia otros hermanos
que no sean nuestra familia, esa es la forma de crecer espiritualmente, forma
de crecer en la calidad porque si estamos involucrando no los problemas, no lo
que hagan sino que se está involucrando en el entregar amor, en el entregar una
enseñanza, consejo, entregar un servicio de buena voluntad a otros que no sean
los nuestros, eso hay que enseñarlo.
Hoy en día
lo jóvenes van hacer algo pero cobran, hermanos que el Señor los lleva ayudar a
otros pero si pensamiento es cobrar, es decir no hay una entrega, no hay una
comunión es un servicio pero remunerado y eso no es de hermanos, cuando hay
comunión aprendemos a depender de Dios en todo lo que hagamos para agradarle a
Él pero también debemos colocar las cosas en su lugar en donde no exista el
abuso de los hermanos que tienen la voluntad de parte de Dios de ser
serviciales es guardar porque una cosa es la voluntad de servicio, de amarse y
todo y ya después pasa a ser aprovechamiento.
Y
considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras
(Hebreos 10:24)
El Señor nos
da a entender que hay conceptos, hay que cumplir esto, considerémonos unos a otros… cuando
hagamos esto no vamos andar pensando mal, no vamos andar hablando mal es por
eso que hay que enseñar a nuestros hijos, enseñarles a
no hablar mal del hermano o de la hermana porque en nuestro hogares los
nuestros hijos pueden hablar mal de cualquiera y nosotros debemos enseñar
hablar bien, considerarnos en guardar el respeto, cuando nosotros aprendemos
estos vemos el crecimiento de la iglesia pero cuando no aprendemos esto las
sillas van quedando vacías porque no se pone en práctica esa comunión con otros
hermanos.
Cuando
estamos mal le echamos la culpa a todos y buscamos escusas porque estamos mal
pero si las cosas nos resultan o no nos resultan, o andamos mal espiritualmente
el diablo se encarga de ponernos ciertos detalles para que más mal estemos pero
un verdadero cristiano no se siente mal
sino que aprende a esperar en el Señor, uno como humano se siente mal y se
lo puede contar a un hermano de confianza pero más allá del comentario quedarse
pegado en que se siente mal no avanza, no hay crecimiento, no hay madurez y
sigue siendo niño o niña.
Hay muchas
personas que tienden a bajar los brazos, la guardia y comienza a retroceder y
no avanzan y eso cuando se pierde la comunión entre los hermanos es un grave
problema, un gran espacio que dejamos cuando no hay comunión entre nosotros
mismos como hermanos en el Señor dejamos espacio donde el que se encarga de
hacerlo más grande hecha tierra.
Entonces a
veces decimos cosas sin darnos cuenta son palabras que vamos haciendo fisura en
la comunión y no nos damos cuenta de lo que estamos haciendo es porque no
buscamos practicar buscar la paz con todos y pensamos que los demás están
equivocados, a lo mejor todos los demás están equivocados y nosotros podemos
tener la razón pero el Señor nos manda hacer sumisos, guardar silencio, esperar
porque todo tiene un tiempo, es con respeto decírselo los unos a los otros.
Cuando
procuramos la comunión entre hermanos se va a notar, aunque lleguemos enfermos
o cansados va a ver como esa voluntad, el Señor
quiere algo verdadero en nosotros, el Señor nos mandó a estar en comunión,
considerándonos unos a otros no sea que un día nos toque pasar por
lo mismo que está pasando otro hermano, a veces provoca Dios y hace milagros en
situaciones que algunos les toca vivir donde no debemos soltarnos de la mano
del Señor sino que sujetarnos de su mano y esa experiencia mala que otros viven
sirve para poder sobrellevar cuando nos toque a nosotros o le toque a otro,
entonces a veces el juzgar tan rápidamente nos lleva a cometer pecado de no
considerar a la hermana o hermano que está pasando situaciones, claro que hay
hermanas y hermanos que son porfiados pasan una y otra porque no van a la
iglesia a escuchar la palabra o el consejo, debemos considerarnos los unos a
los otros.
El verdadero
creyente no estará satisfecho con quedarse impertinente, comenzó en nuestra
familia, comenzó a tratar en la iglesia en nuestra hermana o hermano y vamos a
ver el crecimiento personal, familiar y también en la iglesia es lo que el
Señor quiere que sea.
Hasta cuando
podemos esperar alcanzar la madures espiritual?, cuales propósitos se alcanzan
por medio del crecimiento continuo en nuestra vida espiritual? No hay tiempo de
espera, el hombre y la mujer que se convierte al Señor nace de nuevo y va en
aumento el crecimiento pero también algunos creyentes creyendo ya saber caminar
en la vida espiritual se mueven para allá y para acá de repente quedan tirados
en medio camino, los propósitos de alcanzar por medio del crecimiento continuo
de nuestra vida espiritual son madures, comunión, cuando nosotros crecemos
también ayudamos a otros a crecer y así también crece la iglesia, la hermandad,
se alcanzan propósitos tanto en lo personal, se alcanzan metas, cuando crecemos
somos un buen soldado, una buena soldada, nada nos destruye, nada nos derriba,
seguimos peleando la buena batalla, no nos quedamos en la casa porque estamos
madurando.
La madurez
nos lleva a tener avance y la madures como un fruto es deseado, la gente nos ve
con agrado, también la madures da un buen sabor, tiene un buen olor un
cristiano maduro, la madures derriba los sentimientos, derriba la mala persona
porque nos hace ver más allá de las situaciones y preguntar al Señor antes de
hacer cualquier cosa, la madures nos trae como
beneficio más comunión con Dios, mejora nuestra oración.
Congregación cristiana de restauración de fe Elohim.
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