Familia cristiana: tiempo de calidad.


El tiempo de calidad es decir que no es la cantidad de tiempo sino que el tiempo que estemos juntos como matrimonio, como familia sea bueno, no para arreglar problema solamente porque ese mal tiempo de calidad lleva tiempo en solucionar problemas, el tiempo de calidad se refiere que vamos a disfrutar el almuerzo, que vamos a disfrutar una conversación, que si van a ver televisión que sea en mutuo acuerdo porque por no estar de acuerdo en ver algo en la televisión se pierde el tiempo de calidad, nos podemos reunir en familia ver televisión pero hoy cada miembro de la familia va para su habitación a ver lo que cree conveniente.

Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. (Génesis 1:18)

Se refiere que la familia del Señor, familia que es tomada por el Señor es una familia privilegiada en fructificar, cumplir el labor de fructificar, fructificar quiere decir multiplicar, ampliar, ensanchar, algo que tiene que ir en aumento, es decir que Dios establece de principio a fin que la familia fue tomada para enseñorearse y enseñorearse es tomar control, tomar dominio de todas las cosas, no que las cosas nos controlen a nosotros.

La sociedad nos está absorbiendo, la iglesia está perdiendo calidad, el tiempo de calidad dentro de los cultos de oración ya se está perdiendo por todos están pendiente de la hora, el frio, el hambre, los niños, los tiempos han cambiado tanto que el evangelio se ha puesto totalmente cómodo y liviano porque antiguamente era mucho más diferente.

Dios de un principio quiere que la familia entienda que el caminar en Él debe ser en conjunto, en común acuerdo, tiempo de calidad, cuando nos damos cuenta que el Señor nos dio un señorío y también nos dio una ordenanza y es para nuestra familia, Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra… Dios nos entregó un señorío, cuando el Señor nos entrega un señorío, cuando el Señor nos entrega una autoridad nadie puede quitarnos eso pero el problema está que nuestras familias, que nuestros hogares no son encaminados en un señorío y dejamos la puerta abierta para que el diablo tome el control de lo que nosotros debemos cuidar y no lo hacemos, es como dejar las ventana o puerta abierta en la noche y diciéndole al ladrón: pase… toda la tranquilidad, paz, armonía, el amor que debe existir dentro de una familia de creyentes se pierde porque dejamos nuestras ventanas, puertas abiertas a la amargura, celos, ira, enojo, rabia, a todos nos gusta después de llegar de un culto tomar once con lo que tengamos para servirnos en paz, armonía, comunión.

Para que allá paz en nuestros hogares también debe haber disciplina pero dentro de la disciplina tiene que haber amor pero a veces nosotros dentro de lo que entregamos de amor no tenemos el equilibrio de la disciplina hacer también algo importante igual que el amor, damos puro amor.

La cabeza del hogar es el sacerdote y el sacerdote por la gracia de nuestro Señor Jesucristo es el varón pero dentro del sacerdocio hay un gobierno que es el matrimonio, que gobierna el hogar, en común acuerdo para el bienestar familiar es decir de la familia, los hijos, ninguno está sobre el otro sino en mutuo acuerdo pero el que tiene la responsabilidad, mayordomía, administración de la familia es el varón.

El Señor dio una promesa de multiplicación en el matrimonio, la multiplicación es cuando vienen los hijos, se cumple la palabra del Señor porque Él puso una bendición para multiplicar y dentro de esa multiplicación no solamente son los hijos sino que también multiplica nuestros bienes, todo matrimonio cuando recién comienza no tiene lo que hoy tiene, la mayoría comenzamos muy escuálidos pero Dios comenzó a multiplicar y está multiplicando, sigue multiplicando pero a los que están dentro de la familia del Señor porque los que no están dentro de la familia del Señor son malos administradores, malos sacerdotes y de sus manos caen los bienes que Dios puso, es como echar en un saco roto y Dios no quiere eso, Él quiere siempre bendecirnos y lo más importante es que bendita es decir que es bendecida la familia del Señor.

Los matrimonios cristianos que no tienen hijos deben de entender que Dios siempre tiene un propósito, si una mujer creyente no puede concebir o el problema está en el varón hay una posibilidad de golpear una puerta, quizás la puerta no se ha golpeado porque Dios no se niega para nadie, uno puede decir: son buenos cristianos y Dios no les respondió… y cuando no hay una respuesta de la que nosotros queremos, cosas que pedimos y no las recibimos es porque Dios sabe lo que nos conviene pero el deseo de toda mujer es tener un hijo es decir que tiene que buscar más al Señor, el problema está en que nosotros queremos que Dios nos responda sin pedir, sin clamar, sin buscar, es por eso que debemos buscar más  a Dios y si Dios por ejemplo no quiere concederle un hijo le va a decir, le va a confortar y le va a dar la paz. Dios es el que gobierna, Él es el que establece.

La multiplicación viene de Dios pero dentro del Señor solo Él conoce los tiempos para todas las cosas.

Somos benditos, con dinero o sin dinero somos benditos, con salud o sin salud somos benditos, con hijos o sin hijos somos benditos porque somos hechura suya.

Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. (Génesis 2:15)

Dios nos puso dentro de un hogar, dentro de una familia para labrar y guardarlo, dentro de ese mandamiento o privilegio que Dios nos entregó, hace responsable al hombre porque la mujer es la ayuda idónea, todo lo que el hombre haga bueno la mujer tiene que ayudar a que eso bueno que está haciendo se multiplique, es como cuando el hombre trabaja y la mujer tiene que llevar bien el dinero, bien los bienes de la casa, bien todo en la casa para que lo que el hombre trae se multiplique para eso el Señor puso al hombre y la mujer en el huerto del edén, guardar es cuidar y vigilar, gran parte de nuestro tiempo lo perdemos en la vigilancia, perdemos el sentido de que nosotros como padres tenemos que ser vigilantes porque el vigilante observa y mira, el Señor nos puso para que vigilemos, cuidemos nuestra familia, no solamente entregar amor sino cuidar cuando estén dando malos pasos, cuando no quieren aprender esforzarse en enseñar, cuando nos digan algo que no es correcto de nuestros hijos tomémoslo y apliquémoslo, no nos enojemos.

Cuando los hijos se separen de los padres hay recién pueden pensar en mandarse solos, cuando dejen la casa paterna, nosotros colocamos nuestros límites creyendo que estamos en lo correcto y diciendo: no si ya tiene 18 años ya… y de repente uno dice: yo no puedo obligar a mi hijo o hija… pero cuando un hijo o hija aprende disciplina obedece a los padres aunque no le guste, eso es disciplina porque si uno no aplica la disciplina en su hogar como podemos pretender predicar, como podemos pretender exhortar a otros, no podemos.
Es bueno que desde pequeño, de niño se aplique disciplina a los hijos porque nos va a dar autoridad cuando nos paremos a defender el nombre del Señor y hay esta la labor de los padres guardar y labrar es decir trabajar, cultivar a nuestros hijos como la tierra pero lamentablemente nosotros como padres descuidamos esa parte, que siguieran siendo cariñosos, servidores, atentos, que siguieran siendo como fueron enseñados.
No hemos guardado, no hemos cultivado lo que el Señor nos ha entregado y Él nos puso a nosotros en el camino para labrar y cuidar.

Los hijos se escudan en los errores que cometen los padres y lo hacen ver como que fue un gran error pero a pesar de todo uno sigue siendo papá y eso es respeto, sometimiento, el hijo que ama y respeta a sus padres casado o no casado sigue siendo respetuoso cuando hay una buena relación.

Familia significa casa paterna.

Dios o el reino de Dios tiene preferencia sobre la familia es decir que Dios quiere que la familia trabaje este con Él, sirviéndole a Él.

Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa. (Marcos 6:4)

Es decir que todo comienza en nuestro hogar porque hay muchas personas que les gusta andar predicando por aquí o por allá pero en la casa son un desastre y cuando llegan a su casa llegan pegándole a la puerta, pero la biblia nos enseña que todo comienza en la casa y los que nos honran es la familia ya que pueda suceder de que alguien hable mal de nosotros y nosotros damos un buen testimonio de que somos hijos del Señor en nuestros hogares y como nuestros familiares ven nuestro testimonio no van a creer a lo mal que puedan decir de nosotros es decir la familia tiene que hablar de nosotros porque hay familia que solo hablan mal del uno del otro.

Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. (Marcos 10:29-30)

Es decir que hay recompensa para la familia que le sirva al Señor, cuando se refiere a dejar no habla de divorciarse o dejar a los hijos sino que cuidar el evangelio porque todo lo que hagamos en beneficio del reino y dejamos nuestro esposo(a), hijos Dios nos recompensa y nos devuelve a nuestra esposa(O), hijos, nuestra economía, nos devuelve todo pero no hay quien como nuestro Dios que nos da un justo pago pero los que no se esfuerzan no obtendrán un justo pago pero el caso es que el Señor retribuye a la familia es por eso es bueno exigir a los hijos cuando tenemos autoridad a base de nuestro testimonio que es necesario orar, que hay que congregarse porque hay una recompensa, hay una bendición pero si no somos ordenados en nuestra casa y no amonestamos a nuestros hijos menos lo haremos en la iglesia.

El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí (Mateo 10:37)

La biblia nos enseña amar a Dios sobre toda las cosas y la prioridad es Dios porque dentro de amar a Dios estamos amando a nuestra familia porque Dios está en todas las cosas, lo más importante debe ser Dios y dentro de eso Dios cuida, nuestra salud aunque vengan enfermedades se mantiene pero a veces descuidamos esto porque no hemos aprendido a entender los beneficios de ser hijos de Dios.

Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. (Lucas 14:26)

Alguien pensaría si amamos más a la familia como vamos a renunciar pero la renuncia que el Señor pide en nosotros es que dejemos de usar a nuestra familia para excusarnos diciendo: es que mi esposa(o)… es que mis hijos… no colocar por obstáculo lo que Dios nos regaló que es nuestra familia y muchos caemos en este error pero una mujer o hombre que verdaderamente le cree a Dios puede estar enferma la esposa o el esposo e hijos pero si le creemos a Dios si nos congregamos vamos a adorar, a llorar a Dios porque hay honestidad en nuestro corazón.

Lamentablemente se ha perdido el temor a Dios, se han perdido los valores de la familia cristiana es tiempo de despertar a lo que es la familia, familia no es tener hijos y dejarlos al mundo, familia no es tener una esposa o esposo para satisfacer nuestras necesidades, familia es aprender a vivir en comunidad, en armonía eso es familia y comprenderse.
La tecnología ha absorbido bastante tiempo familiar y es obvio que los hijos van cambiando es decir que la relación familia se está perdiendo y es porque como padres dejamos de vigilar, cuidar, labrar, cultivar nuestra familia.


Congregación cristiana de restauración de fe Elohim.
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