Discernimiento.
Muchos
hablan del discernimiento sin siquiera saber que es, un sinónimo que se pueda
acercar a esta palabra puede ser distinguir entre esto o aquello, diferenciar,
esta palabra aparece en la biblia es una palabra antigua pero en estos tiempos
debemos darle un sinónimo, es saber distinguir, saber diferenciar.
Muchos de
nosotros hemos tomado decisiones incorrectas en nuestra vida porque no hemos
pedido al Señor su dirección, como hijos del Señor necesitamos tener el
discernimiento espiritual que no se refiere a las cosas del espíritu
solamente, no se refiere que este espíritu es de Dios o no es de Dios no se
refiere a eso, lo que quiere decir el discernimiento espiritual que nosotros debemos aplicarlo
en nuestra vida en todo lo que somos y en todo lo que hacemos ese es discernimiento espiritual porque el hombre y
mujer de Dios tiene el espíritu de Dios pero muchos de nosotros no
consultamos a Dios nuestras decisiones porque ya hemos cometido el
error o hacemos lo que creemos que es lo mejor, ya sea en la salud, economía,
trabajo, matrimonio, en lo que sea.
Como hijos
del Señor estamos llevados siempre a nuestras ideas, a veces se nos dice: no hagas eso porque te va a pasar esto…
y uno va y lo hace o es como cuando la mama le dice a los hijos, te vas a golpear… y no le hacen caso y
de repente se golpea pero si el hijo escuchara al padre es porque el padre a lo
mejor igual se golpeó y no quiere que su hijo se golpee, es decir que nosotros somos
llevados y guiados por nuestros propios pensamientos, cuestionamientos y
filosofía lógica, humana para tomar nuestras decisiones y ¿Dónde está Dios
ahí? somos apresurados y apresuradas, no esperamos que
Dios nos hable, que Dios nos diga alga sino que vamos a tonta y a loca,
que esto tenemos que hacer y lo hacemos y a veces nuestras decisiones traen
consecuencias futuras y en lo que sea, debemos discernir lo que Dios quiere
para nuestra vida, lo que Dios quiere para nuestras familia, lo que Dios quiere
para la iglesia, lo que Dios quiere en todo pero el problema está en que no
pedimos al Señor lo que tenemos ya porque ese es un regalo, ya tenemos el
discernimiento pero no dejamos que se active.
¿Quién activara el don de discernimiento en
nuestra vida?
Enséñame buen sentido y sabiduría, Porque tus mandamientos he creído.
(Salmo 119:66)
El rey David
tomo decisiones también, también se equivocó pero en este versículo dice: Enséñame buen
sentido y sabiduría… este versículo
nos lleva a ser más humildes primero y segundo a reconocer que dependemos de
Dios, deberíamos estar todos los días recordando cuando dice: Enséñame…
quizás muchos de nosotros nunca le decimos al Señor, Enséñame…
a tomar decisiones y hemos cometido muchos
errores porque hacemos lo que nos da la gana.
Cuando
estamos en el sentir de Dios vamos paso a paso analizando que es lo que Dios
quiere, Porque tus mandamientos he creído… debemos afirmar con nuestras
acciones que realmente creemos lo que Dios quiere con nosotros pero nuestras
acciones no reflejan que hemos creído, lo que hacemos continuamente en lo
cotidiano no dan reflejo que hemos creído en lo que el Señor quiere para
nosotros es por eso que el discernimiento espiritual está muy lejos de
nosotros porque para poder tener ese don que lo tenemos pero hay que activarlo
hay requisitos.
Cuando no
estamos en comunión con el Señor, cuando nuestras oraciones son frías y vacías,
cuando podemos estar orando pero nuestras acciones no están de acuerdo a lo que
oramos, cuando de repente nuestros pensamientos son malos, cuando nuestra
mirada es negativa, cuando aún estando congregándonos y orando estamos solo de
apariencia solamente, estamos secos, estando así el Espíritu Santo no tiene
vida, está en nosotros pero no tiene vida, hay personas que se enfrían tanto
que la enfermedad o dolencia es más fuerte que la presencia del Espíritu Santo
es decir que la enfermedad toma todo porque creemos que esa enfermedad tiene más
autoridad que el Espíritu Santo.
Debemos
creer que el Espíritu Santo es el que nos sostiene, no la medicina, eso no
quiere decir que no veamos médico o no tomemos medicamento sino que la
autoridad que el Señor dejo en nosotros es a través del Espíritu Santo, no hay
otro pero como tomamos todo lo negativo vamos envolviendo al Espíritu Santo con
las enfermedades, el dolor, con la economía, los hijos y lo vamos envolviendo
de tal manera que lo comenzamos ahogar tanto en nosotros y pasamos a ser
solamente carne porque el Espíritu Santo para poder estar activo tiene que
haber búsqueda, tiene que haber oración.
Se dice que
había una escultura en un lugar, un escultor hizo una escultura del Señor de
tal manera coloco un lienzo e invito un amigo a verla y el amigo le dice que
estaba hermosa la escultura pero le dice: no
puedo ver el rostro… y el escultor le dice: para ver el rostro tienes que verlo de rodillas… es decir que para acercarnos al Señor tenemos que humillarnos, para
que el Espíritu Santo trabaje en nosotros tenemos que humillarnos y cuando
dejamos de hacer esto el trabajo, la enfermedad, los problemas económicos todo
nos envuelve y tomamos malas decisiones, muy malas decisiones.
Para
nosotros poder que el Espíritu Santo nos ayude en nuestras decisiones tenemos
que orar pero lamentablemente no hacemos eso sino que decimos: Señor no tengo trabajo… estoy enfermo… pero el Señor quiere
humildad pero la humildad en la iglesia se ha perdido, hay solo ego en frases, si yo clamo me responde… y Dios quiere
un pueblo que se humille, si queremos ser guiados en tomar decisiones
tenemos que humillarnos.
A veces hay
propuestas de mejoría laboral, de ganas de cambiar el vehículo, de mejoramiento
en nuestra casa, en fin cosas que se ven bonitas o buenas y que son aceptables
socialmente pero ¿estará Dios de acuerdo? Si tenemos vivo el Espíritu Santo
estamos tomando una decisión correcta pero si el Espíritu Santo está dormido
estamos inseguros o inseguras en tomar decisiones, si el Espíritu Santo está
vivo en nosotros ya no tomamos una decisión solo o sola sino que estamos
confiando de que el que está con nosotros también y nos está apoyando, también
está de acuerdo.
Siempre hay
que pensar en las consecuencias de nuestras decisiones, a veces hay decisiones
involuntarias también es decir situaciones involuntarias que traen
consecuencias pero en tomar decisiones tenemos que
pensar, tenemos que ver, analizar, no sea por prestar oídos o atención a otras
cosas cometamos un error, entonces la decisión cuando estamos en el espíritu,
discernimiento espiritual en el espíritu ya no tomamos una decisión a la ligera
sino que estamos respaldados.
¿Estaremos
siendo respaldados en nuestras decisiones? Si es así se debe de notar en
nosotros y no habría duda, habría acción, seguridad, ya no tomamos decisiones
solos sino que el Espíritu Santo nos ayuda.
Algo muy
importante también es el conocimiento de la palabra, tenemos que tener interés por la palabra porque cuando leemos la
palabra, cuando estamos interesados en la palabra del Señor vamos a tener el
argumento y saber que a través de la palabra el Espíritu Santo nos va a llevar
meditar en que dice la palabra para que tomemos una decisión.
En
todas las cosas debemos consultar a Dios y cuando
tenemos el conocimiento de la palabra viene a nuestra mente el Espíritu Santo y
trae a nuestra mente lo que hemos leído y vamos a estar seguros o seguras
porque Dios nos está dando el permiso, la autorización pero como no tenemos el
deseo de leer o de escuchar la palabra somos absorbidos por lo terrenal.
Necesitamos
tener el discernimiento espiritual porque el mundo dice mentiras, verdades a
medias pero la verdad es que no hay verdad en este mundo pero los creyentes que no tienen el
discernimiento espiritual se dejan engañar por lo que escuchan y cuando
toman decisiones la toman porque la tomo la vecina, porque la tomo tal persona o
porque tal persona hizo tal cosa y terminamos haciendo lo mismo y es porque
falta el discernimiento espiritual, tenemos que tener cuidado, como padres
estamos obligados a tener ese discernimiento espiritual hasta con las amistades
de nuestros hijos, a que casa van, con quien se juntan porque en este mundo, en
esta sociedad hay celos, envidias, enemistades, pleitos, chismes pero si no
tenemos el discernimiento sin querer vamos a ser contaminados y como no nos
gusta orar y leer la palabra peor aún, somos blanco fácil.
Muchos decimos: leo pero entiendo nada… pero es porque
la palabra se lee con el espíritu, cuando nuestro espíritu está seco ningún
entendimiento vamos a tener, humillándonos es la única forma de que podamos
entender la palabra porque si no somos solamente palabras vacías.
Nuestro
Señor Jesucristo tuvo discernimiento cuando el diablo lo tentó en el desierto,
primero la oración lleva a la comunión, segundo es que Él tenía la palabra, Él
respondió a la tentación con la palabra pero con la palabra esta la oración
porque en la oración esta la comunión, a pesar de que uno puede pensar que
porque Él era especial y por eso pudo con la tentación podemos darnos cuenta
que nosotros podemos hacer exactamente lo mismo pero no oramos, no leemos y
nuestro corazón, nuestro espíritu está vacío y cuando nos congregamos de esa
manera no tenemos ninguna defensa a los ataques del diablo, la fe va ser
aumentada mediante la comunión con el Señor y mediante el conocimiento de la
palabra, dice que la fe viene por el oír y el oír palabra del Señor, el Señor
quiere cambiar nuestra realidad, todos los días quiere hacer algo nuevo pero
necesitamos entender que nuestro Señor se ve de rodillas.
Pero Dios
nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña,
aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del
hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció
las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. (1 Corintios 2:10-11)
El hombre
natural, el hombre gentil, la mujer natural, gentil no puede discernir sino los
que son hijos del Señor porque tienen el Espíritu de Dios (el Espíritu Santo)
nadie más y cuanta gente creyente tiene amistades seculares, familiares
seculares es decir que no son creyentes y cuando pasan algún problema o
dificultad van a pedir consejos a esas personas o le cuentan su intimidad, como
tomar decisiones, como hacer esto o esto otro pero ¿qué consejo bueno podrá dar
alguien que no tiene el Espíritu Santo o el discernimiento espiritual en su
vida? Ninguno, porque el mundo va a hablar como el mundo habla y va aconsejar
como el mundo vive, no tiene un consejo guiado por Dios porque tampoco tiene la
palabra, no tiene al Espíritu Santo pero ¿Cuántos de nosotros hemos cometido
ese error? La verdad es que todos, divulgar cosas íntimas, hablar de alguien,
preguntar algo, hacer esto otro con gente que no es creyente y esas son malas
decisiones porque no está el Espíritu Santo obrando realmente en nuestra vida
porque cuando realmente obra el Espíritu Santo en nuestra vida sabemos que el
Espíritu discierne lo que es correcto e incorrecto, lo que es bueno y lo que es
malo, alguien en el mundo podrá tener buena moralidad, buenas intenciones y
todo pero no tiene lo que nosotros tenemos y si lo dio Dios para nosotros eso
que Dios dio es perfecto, nosotros somos los que fallamos no es la voluntad de
Dios que así sea, Él no quiere pobreza en nuestra vida tampoco quiere decir que
nos va dar riquezas porque hay que trabajar pero tampoco quiere humillarnos y vernos
en la miseria, uno puede ver que hay gente en el mundo que prospera y crece y
uno no avanza, ni retrocede pero somos nosotros que tomamos malas decisiones y
aun es mas no queremos entender y seguimos en lo mismo y es porque no tenemos
el discernimiento para darnos cuenta que eso no nos conviene.
El
Señor quiere lo mejor para nosotros porque tenemos el Espíritu Santo pero nos
falta avivar el fuego, nos falta
tener la palabra no es decir que seamos híper estudiosos de la palabra sino que
vallemos almacenando la palabra, que cuando no tengamos fuerza digamos: todo lo puedo en cristo que me fortalece…
que cuando no allá ganas de congregarnos digamos: ya no vivo yo sino Cristo en mi… el Señor quiere que tengamos la
palabra para cada situación pero lo primero que decimos: ya no sé qué hacer… me canse… porque el Espíritu Santo está apagado
en nosotros.
Y enseñarán
a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a
discernir entre lo limpio y lo no limpio. (Ezequiel 44:23)
Los
padres como sacerdotes en el hogar tienen que enseñar a discernir a todos los
miembros de la familia, tenemos que aprender para tener claridad para
discernir, no debemos tomar decisiones a la ligera, busquemos en la oración y digámosle al
Señor. Señor tengo esta decisión que
tomar… es correcto lo que voy hacer Señor?... el Señor siempre nos va a
responder, la respuesta va a llegar a nuestro corazón y mente pero
lamentablemente estamos llevados a tomar decisiones a la ligera, y nos traen
consecuencias y no reconocemos que Dios nunca estuvo ahí cuando tomamos esa
decisión.
El tomar
decisiones es muy importante en nuestras vidas buscar al Señor y saber lo que
quiere el Señor para nosotros, porque Él tiene la salida, Él tiene la última
palabra, antes de tomar decisiones debemos mirar al Señor de rodillas es la
única forma que podamos ver con claridad nuestra realidad pero como no tomamos
enserio la palabra del Señor seguimos cometiendo errores.
Para tener
el espíritu de discernimiento avivado debemos tener oración y comunión con el
Señor, debemos leer la palabra y aunque no entendamos debemos seguir leyendo en
algún momento oportuno el Espíritu Santo nos va a decir: te acuerdas cuando leíste esto… y nos va a revelar, todos queremos
ver respuestas en nuestras vidas y es por eso que es necesario aprender a
discernir pero una iglesia cómoda no agrada a Dios, un creyente relajado no
sirve para nada, debemos esforzarnos porque hay
almas que salvar, debemos pedir al Señor que avive el Espíritu Santo porque el
discernimiento lo necesitamos más que nunca para hacer lo correcto.
Congregación cristiana de restauración de fe Elohim.
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