León de la tribu de Judá.
Judá, te
alabarán tus hermanos; Tu mano en la cerviz de tus enemigos; Los hijos de tu
padre se inclinarán a ti. Cachorro de
león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Así
como león viejo: ¿quién lo despertará? No
será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que
venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos. (Génesis 49:8-10)
Siloh es la mención que se le hace a nuestro
Señor Jesucristo, es una profecía.
Moisés a
cada una de las tribus le dijo que se hicieran una bandera con el nombre que el
padre les había dado, a cada uno les dio un tipo de nombres de animales y a
Judá le dijo león, dice la palabra que la tribu de Judá era más numerosa y esta
lideraba el avance del pueblo y llevaba su bandera, llevaba la bandera del león
y cuando menciona a siloh esta mencionando que es a futuro cuando dice: Hasta
que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos… podemos entender
que habiendo existido esta profecía sobre Judá, también la profecía a futuro
que era nuestro Señor Jesucristo, si analizamos esto el pueblo de israel, Judá
iba a delante con su bandera que era el león hoy podemos darnos cuenta que delante de nosotros va el león de la tribu de Judá que
esta profetizado en la palabra.
Porque se
dice que el león de tribu de Judá? Porque había una profecía de que del linaje
de esta tribu nacería David y del linaje de David nacería nuestro Señor
Jesucristo.
Se hace una
mención espiritual del león y se tomaba la imagen del león porque su rugido se
escucha a 8 kmt a la redonda, es fuerte y el rugido de
nuestro Dios es más potente, En pos de Jehová caminarán; él rugirá como
león; rugirá, y los hijos vendrán temblando desde el occidente. (Oseas 11:10) cuando el Señor nos habla íntimamente se estremece nuestro
corazón, cuando nos habla para dirigirnos en algo, para mandarnos en
algo su voz es tan potente que uno no puede decir: no… y algunos que son osados u osadas escuchan el rugido del león y
son desobedientes.
Y Jehová
rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la
tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos
de Israel. (Joel 3:16)
La voz de
Dios nos habla y nos ruge como león a nosotros y aun así no la escuchamos, la voz de Dios es muy potente y
muchas veces uno lo siente espiritualmente y también se hace audible, a veces
uno escucha que lo nombran por su nombre y no hay nadie, muchos hemos escuchado
esa voz y no la hemos atendido.
Nuestro
Señor Jesucristo que vino como cordero inmolado fue crucificado pero ante la
incredulidad del pueblo también el ruge con firmeza, Él es justo, tiene un
justo juicio para la humanidad pero también tiene un justo juicio para sus
hijos, algunos creen que escapamos del juicio de Dios y es cierto por la
justicia divina de nuestro Señor Jesucristo pero hay un juicio de disciplina
que es diferente para los hijos de Dios por la desobediencia que está en
nosotros, es decir que se aplica un juicio en nosotros, cuando somos hijos del
Señor, cuando Él nos habla, cuando Él ruge porque cuando habla de rugir es
fuerte para estremecer y aun así nos hacemos los desentendidos, dentro de esa
tontera que nos da a nosotros también viene un juicio de Dios para nosotros que
lo llamamos disciplina, algunos dicen: soy
salvo… siempre salvo… pero cuando estamos en desobediencia, cuando Él nos
mandó, nos tomó con un propósito vemos que se levanta contra nosotros la
disciplina de Dios porque todo mal que hagamos acarrea disciplina.
La presencia
del león es imponente, dice que el león tiene autoridad, firmeza, carácter es
por eso que cuando el pueblo de israel iba en el desierto y llevaba la bandera
los enemigos veían al león y temían, como creyentes
somos hijos del león, somos cachorros del león y como somos
cachorros de león tenemos que tomar la
actitud del león pero la verdad es que somos temerosos, desobedientes,
indiferentes y el Señor quiere en nosotros se refleje.
Cuando el
padre de Judá declara que era un cachorro de león, él lo vio firme y quizás
nosotros somos un cachorro pequeño insignificante pero Él ha visto la actitud
diferente que un día vamos a crecer espiritualmente y vamos a ser unos leones.
El león
siempre está defendiendo su reino y el reino lo componemos lo que hemos creído
en Él y el león de tribu de Judá nos defiende,
estamos bajo su amparo, estamos en su manada.
Hay varones
en la biblia que pelearon con leones:
Y el
Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien
despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su padre ni
a su madre lo que había hecho. (Jueces 14:6) Sansón
despedazo al león.
David
respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando
venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él,
y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba
mano de la quijada, y lo hería y lo mataba.
(1 Samuel
17:34-35)
Nuestro
Señor Jesucristo venció también al león que gobernaba a este mundo y lo venció
en la cruz, venció al que anda como león
rugiente pero es una copia mal hecha de un león porque el verdadero león venció
en la cruz y venció todo las huestes del mal y los que estamos bajo esa
cobertura debemos estar confiados, buscando y siguiendo la huellas del león de
la tribu de Judá, a nuestro Señor Jesucristo que venció y derroto al que quiere
parecerse a el león, lo destruyo y hay un lugar preparado para ese león y sus
seguidores y es el lago de fuego eterno.
Es decir que debemos llevar la
bandera de nuestro Señor Jesucristo porque esa bandera es la bandera del león
de la tribu de Judá el cual está con nosotros y en nosotros.
Antes, en
todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
(Romanos 8:37)
En ÉL somos más que vencedores porque Él ya venció y
cuando dice: más que vencedores… es
porque nosotros no hicimos nada para vencer porque Él venció en la cruz al que
quería ser león pero no era león.
Y lloraba yo
mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de
leerlo, ni de mirarlo. Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el
León de la tribu de Judá, la raíz de David,
ha vencido para abrir el
libro y desatar sus siete sellos. (Apocalipsis 5:4-5)
Cuando habla
de los siete sellos se refiere a los espíritus que van a ser desatados y el
libro que se menciona es el libro de la vida donde nos encontramos escritos o
no nos encontramos escritos, el único que puede abrir el libro y de desatar sus
sellos es el león de la tribu de Judá, cuando el apóstol ve esta visión se puso
a llorar pero le dicen: no llores…
porque está el león de tribu de Judá, el victorioso, el vencedor.
El problema
que tenemos en nuestras debilidades y flaquezas es que no colocamos la bandera
del león en nuestros hogares, colocar la bandera del león, colocar la
presencia, la soberanía de Dios en nuestras casas comienza a tomar un realce
cuando comenzamos a depender solamente de Él en todas las áreas de nuestra
vida, en todo pero cuando dejamos espacios vacíos esa bandera la bajamos y el
diablo que quiere ser león pero no es león se introduce en el matrimonio, en
los hijos, en los malos hábitos, se introduce en todas las cosas negativas
porque en nuestros hogares dejamos bajar la bandera del león, en cada uno de
nuestro hogares somos parte de la tribu de Judá, descendemos de Él por la sangre
de nuestro Señor Jesucristo, nuestro Señor Jesucristo venia del linaje de esa
tribu pero a través de David y nosotros a través de nuestro Señor Jesucristo
pero por su sangre que éramos en otro tiempo alejados de estar en la presencia
de Dios pero cuando Él vino le dio una oportunidad a todo el mundo para que
todo aquel que en Él creyera fuese salvo es decir que pasamos a ser parte de
esa tribu poderosa, la que iba al frente, la que iba peleando pero hemos
olvidado de levantar la bandera en nuestros hogares.
El
Señor quiere actitud en nosotros, cuando el
león va a pelear y los que van detrás de ese león van confiados porque la
presencia del león atemoriza, su rugido hace correr a sus enemigos, el león
actúa, defiende, nos protege, nos cuida porque es promesa del Padre para
nosotros, estamos bajo esa cobertura.
Sed sobrios,
y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8)
Nosotros
escuchamos más el rugido del como león que el del mismo león, escuchamos al
león pero generalmente el rugido del león lo esquivamos, cuando tenemos temor
estamos escuchando al que parece león pero no es león, cuando escuchamos el
rugido del como león nos hace ser desobedientes, incapaces, miedosos, temerosos
y dice que tengamos cuidado por el diablo anda como león buscando devorar.
A veces cuando nos vamos descansar lo vemos
como algo tan normal de irnos al descanso, al sueño y nos olvidamos que en la
noche el cómo león sigue rugiendo buscando la forma de como destruirnos, el
enemigo no nos deja tranquilos y cuando somos hijos del Señor busca la forma y
nos mete miedo, a veces no podemos dormir en la noche porque esto es una guerra
espiritual, nos desvelamos, andamos con dolores de cabeza y el Señor de alguna
forma busca los medios de mantenernos despiertos porque anda el cómo león
queriendo destruir nuestra familia, economía, busca destruir lo que el Señor
nos ha regalado y nosotros no hacemos nada, queremos solo dormir.
No debemos
tener miedo porque el león de tribu de Judá va delante de nosotros, Él nos
rodea y su sola voz, su solo rugido nos advierte del peligro, a veces el rugido
de Él no es solamente para mandarnos sino que generalmente es para advertirnos
del peligro que se aproxima, Él nos avisa antes de tiempo, a tiempo y después
de tiempo y cuando pasan las cosas decimos: es
por eso que el Señor me hablo… todo lo negativo, todo lo que escuchamos
negativamente es del adversario, del que parece león.
Huye el
impío sin que nadie lo persiga; Mas el justo está confiado como un león.
(Proverbios 28:1)
Pongamos
en nuestros hogares la bandera en alto del león de la tribu de Judá para que el diablo huya, huya de nuestras
mentes, huya de nuestros corazones, para que huya de todo el entorno que nos
rodea, es necesario que mostremos que el león verdadero está con nosotros.
Congregación cristiana de restauración de fe Elohim.
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