Blasfemia.
La palabra blasfemia se define como un insulto pero ese insulto
solamente es dirigido hacia Dios, no a personas, insulto solamente a
Dios.
Nosotros
como persona no podemos blasfemar entre nosotros mismos porque no somos dioses,
la palabra blasfemia solamente se atribuía cuando una persona hacia insultos a
Dios, esta blasfemando, cuando alguien le dice: eres blasfemo o blasfemia… le está diciendo inmediatamente que está
insultando a Dios porque esa palabra es para dirigirse a Dios no es para
personas, es algo sagrado.
El sinónimo de blasfemia es palabrota es como
decirle garabatos a Dios, vituperios.
Muchos
quizás en un tiempo hemos blasfemado en contra de Dios, mucha gente en un
tiempo pudo habernos dicho: mira como
estas donde está tu Dios… mira como
la estás pasando y donde está tu Dios… esa persona está insultando a Dios y
si nos ponemos a meditar de una forma más profunda cuando alguien nos insulta a
nosotros sabiendo que Dios está en nosotros está blasfemando en contra de Dios,
no que nosotros seamos dioses sino que somos propiedad e hijos de Dios.
Es por eso
que cuando ofendemos o alguien nos ofende a nosotros estamos ofendiendo a Dios.
También esta otra palabra que es Afrenta que
también es insulto.
No tomarás
el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que
tomare su nombre en vano. (Éxodo 20:7)
Tomar
el nombre de Dios en vano es cuando decimos que Dios ha dicho tal cosa y nunca
Él lo ha dicho o gente que dice: yo recibí de parte de Dios esto… eso es
tomar el nombre de Dios en vano es parte de la blasfemia.
Muchos
piensan que lo que se refiere a la blasfemia es una maldición pero también
debemos darnos cuenta que es tomar el nombre de Dios en vano, cuando decimos
que Dios es soberano de toda la creación en forma liviana y profana estimando
que Dios es neto en lo que realmente és la escritura nos demanda a honrar a
Dios durante todo el día, nosotros decimos que Él es soberano pero debemos
pesar las palabras, cuando decimos que Él es soberanos tenemos pesar que lo que
estamos diciendo es verdad, es una verdad pero tenemos que sentir que estamos
diciendo una verdad, no porque todos lo digan sino que tenemos que pesar
nuestras palabras y decir que es una verdad.
Cuando
decimos que el Señor es nuestro sustentador debemos de creerlo no andar
llorando a mitad de mes, si pesamos nuestras palabras y decimos que el Señor
es nuestro sustentador debemos creer que aunque veamos una crisis Él es nuestro
sustentador.
Cuando
decimos que Dios es un Dios sanador pero cuando estamos con dolencias parece
que no va a pasar nunca, es decir que cuando publicamos
o declaramos algo debemos pesar las palabras, es decir creer lo que decimos,
la iglesia hoy a perdido la fe porque hoy miran a muchos hombres que se han
¨levantado¨ con dones espirituales y la iglesia depende de eso, de ese hombre y
carecen de la fe genuina, la fe que la iglesia debe tener que es una gran comunicación
con Dios y dependencia de Dios, Dios puede usar personas, puede usar un
montón de herramientas que Él tiene para bendecirnos pero la iglesia hoy carece
de esa autoridad porque no le damos el peso a nuestras palabras, es como cuando
nos dicen: te espero a las 7… y
llegamos a las 7:05 se acostumbra la persona a ser impuntual entonces su
palabra no tiene peso y uno después va conociendo a las personas y sus palabras
no tienen peso.
Cantad la
gloria de su nombre; Poned gloria en su
alabanza. (Salmo 66:2)
Debemos
honrar a Dios durante todo el día, muchos
hemos perdido la alabanza en nuestros labios, antes quizás durante el día
tarareábamos una alabanza vivíamos en eso y hoy se ha ido eso porque pasan
cosas que uno en la intimidad con Dios y lo que es como persona van como
menguando, van oxidando ciertas cosas, no es porque uno no ame a Dios pero uno
se marchita espiritualmente y falta la voz interna para que salga la voz
audible para expresar realmente esas palabras que son sinceras.
No podemos
cantar si no estamos cantando sinceramente y uno cuando adora al Señor, cuando
expresa una alabanza, la cantamos la alabanza nos sana, nos sana la alabanza no
es llegar y cantar, cuando uno la pesa le sale de adentro y se olvida que es
desafinado o desafinada sino que lo hacemos porque estamos pesando nuestro
corazón en lo que estamos dedicando a Dios.
Sea llena mi
boca de tu alabanza, De tu gloria todo el día. (Salmo 71:8)
Debemos
exaltar al Señor con nuestras palabras en el día, no se trata de la forma o del
ahínco que la ponga a lo que estamos hablando sino que sintamos, pesemos porque
cuando lo hacemos sintiendo las palabras se lo decimos de otra forma.
En momentos de cansancio, fatiga o
dificultades debemos cantar, exaltar al Señor con nuestras palabras porque así estamos
declarando que no estamos solos que Él está con nosotros.
Día a día
hay algo que uno le dice al Señor no son oraciones sino situaciones de momento,
esto tiene mucho que ver con la actitud y estado de ánimo durante el día cuando
no cortamos lo cotidiano para dirigirnos en la parte espiritual aunque sea en
un dicho al Señor pasamos el día como cualquier mortal, solo su fidelidad nos
sostiene y entonces llegamos a nuestra congregación y se nos nota que no hay
comunicación con Dios.
Debemos
cultivar nuestra comunicación con el Señor y cuando nos enfocamos en esto no
tenemos tantas palabras ociosas, no hablamos tantas idioteces durante el día
porque tenemos claro que tenemos que dedicar algo al Señor durante el día pero
como el día a día nos consume pasa el día, a veces tenemos necesidad de doblar
las rodillas para decirle algo al Señor y no es tan así podemos estar
trabajando y de repente hay una ansiedad, un deseo, anhelo que quiere uno
expresarle palabras al Señor.
En el antiguo testamento se castigaba cuando
se usaba el nombre del Señor en vano.
En aquel
tiempo el hijo de una mujer israelita, el cual era hijo de un egipcio, salió
entre los hijos de Israel; y el hijo de la israelita y un hombre de Israel
riñeron en el campamento. Y el hijo de la mujer israelita blasfemó el Nombre, y
maldijo; entonces lo llevaron a Moisés. Y su madre se llamaba Selomit, hija de
Dibri, de la tribu de Dan. Y lo pusieron en la cárcel, hasta que les fuese
declarado por palabra de Jehová. Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Saca al
blasfemo fuera del campamento, y todos los que le oyeron pongan sus manos sobre
la cabeza de él, y apedréelo toda la congregación. Y a los hijos de Israel
hablarás, diciendo: Cualquiera que maldijere a su Dios, llevará su iniquidad. Y
el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación
lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que
muera. (Levítico 24:10-16)
Había un
castigo terrible para el blasfemare, por decir insultos a Dios y a nosotros hoy
no nos pasa nada porque debemos ser honestos a veces insultamos a Dios en
ofender a otro, en mentir.
No usemos el
nombre de Dios en vano, honremos a Dios con nuestras palabras porque Él ha sido
bueno.
Congregación cristiana de restauración de fe Elohim.
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