Pecados de la lengua: murmuración y queja.
Ni
murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y
estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a
nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. (1 Corintios 10:10-11)
Una
de las cosas que no llevo al pueblo de israel a entrar a la tierra prometida
fue la murmuración, mucha
murmuración en el pueblo, cada vez que Dios quiere mover su pueblo comienza la
murmuración primeramente con la persona que va al frente, después entre el
pueblo, que tierra prometida… llevamos
tantos años caminando… el diablo comienza a trabajar con el líder, después
entre el pueblo, empieza el diablo a trabajar, a murmurar del uno del otro y
después con el proyecto que Dios tiene, Dios tenía un proyecto con su pueblo de
sacarlos a una tierra donde fluía leche y miel pero nunca dijo que iba hacer
fácil pero desde el momento que salieron comenzaron las murmuraciones, del
momento que llegaron a enfrentarse al mar para atravesarlo comenzaron a
murmurar, Moisés nos trajiste a morir al
desierto… comenzaron todos a murmurar, no había fe, no había una
convicción.
Dios también
les hizo ver milagros, que estaba con ellos, que estaba con Moisés porque Dios
le había tomado para sacar a su pueblo de la esclavitud pero el pueblo nunca
vio eso, seguían murmurando y nosotros en el proceso decimos: estoy aburrido del trabajo… estoy aburrido
de hacer siempre lo mismo… y eso es solo murmuración.
La murmuración destruye
matrimonios, destruye la familia, destruye la sociedad porque la murmuración
mata la reputación de una persona y contamina a otras personas.
El pueblo de
israel no alcanzo a entrar a la tierra prometida por tanto murmurar, cuando nos
damos cuenta de esto esos tiempos no han cambiado en nuestra era, en la
congregaciones siguen las murmuraciones, hay un tiempo que el pueblo está unido
es como cuando el pueblo de Israel logra cruzar al otro lado el pueblo se
unifico todo, canto y adoro a Dios todo el pueblo ese momento todas las
congregaciones lo viven pero después hay que seguir caminando, cada familia iba
en ese caminar, llevaba animales, oro, llevaban todo lo que tenían y no era
fácil porque estaban en el desierto y faltaba el agua, no estaban acostumbrados
a mucho sol pero Dios provoco algo y los cubrió, los calentó de noche pero
seguía la murmuración.
Cuando
estamos viviendo procesos personales, familiares, matrimoniales y estamos en
los caminos del Señor todo tipo de murmuración nos
trae consecuencia, es como ese dicho que dice: a la puerta del horno se quema el pan… en el momento que uno menos
espera que pase algo y justo uno hable algo, tenemos que callar para que las
respuestas lleguen a su tiempo pero cuando uno habla dice la palabra que
tenemos el poder cuando hablamos de la vida y la muerte es decir que cuando
somos excesivos en la murmuración porque es algo que está en nosotros, que está
latente se murmura de todo, de todo hacemos un comentario o murmuración que nos
trae consecuencia y nos ensuciamos, debemos inquietarnos de nosotros mismos, de
nuestro hogar, hijos, familia, matrimonio, inquietémonos
en la forma de hablar, en los comentarios, en la murmuración.
La murmuración contamina a la persona y la
murmuración es parte de la envidia, Dios nos va a dar lo que necesitamos no lo
que otro tiene eso evita el murmurar.
Es decir que
el pueblo de Israel no logro triunfar en el cruce hacia la tierra prometida por
la murmuración y nosotros nunca vamos a poder pasar nuestro proceso, prueba si
en medio de ella comenzamos a murmurar, hasta
cuando Señor… porque a mi… este
pastor que pusiste por delante, no tiene gracia… así hablaban de Moisés
pero Dios tenía un trato con él y Dios cuando toma alguien lo toma con
propósitos, no era una cosa liviana y también la lucha para el que va al frente
va ser más fuerte y difícil.
Cuando
Mirian y Aarón hermanos de sangre de Moisés hablaron del líder Dios no dijo: a estos no los puedo tocar porque son
hermanos de este… es por eso que cuando veamos a
una persona que está en el servicio del Señor debemos tener cuidado de hablar
de esa persona, esa persona que trabaja en el reino está siendo
respaldada, cuidada, protegida por el Señor y debemos tener cuidado de murmurar
en contra de esa persona y a veces no sabemos porque nos pasan cosas, muchos
toman muy a la ligera de hablar en contra de la persona que Dios puso por
delante y sin saber lo que pasa y delante de Dios nada de lo que hagamos queda
en vano Dios nos respalda.
Cuando
Moisés quiso llevar al pueblo y cruzar el mar ellos eran muy testarudos,
porfiados y nosotros nos hemos puesto a pensar si llegaremos a cruzar, ¿le
creemos al Señor?.
Cuando hay
murmuración se divide el pueblo, se divide la membresía de una congregación, el
pueblo de Israel se dividió mucho, perdieron el respeto, cuando Moisés se fue
el monte Sinaí los otros quedaron cuidando el pueblo pero el pueblo se le vino
encima e hicieron ídolos, fue un desenfreno en todo sentido, perdieron la
moralidad y eso pasa en las congregaciones cuando comenzamos a murmurar, tanto que se demora Moisés… hagamos otro
Dios mejor… decían y nosotros de igual manera decimos: tanto que se demora Dios en responder… mejor voy hacer esto… y
perdemos la visión, perdemos el proyecto que Dios tiene y hacemos nuestro
propio proyecto pero el respaldo de Dios se alejó, es como echar en saco roto
lo que ganamos, cuando Dios tiene un proyecto con
nosotros no murmuremos sino callemos y avancemos.
Cuando el
enemigo toma a alguien para que desacredite su testimonio es súper fácil,
tenemos que tener cuidado en la murmuración que a veces pensamos que es un
comentario constructivo que pasa a ser un chisme porque a veces vemos las cosas
de afuera, cuando el diablo quiera a través de cualquier persona introducirse
lo va a ser y va ensuciar poniendo murmuración en nosotros y en un solo
comentario pequeño es decir que la lengua es poderosa, tengamos cuidado con la
lengua porque la lengua tiene poder.
También está
el caso de la queja que es como una adicción, es como que siempre
tenemos algo porque quejarnos, nos quejamos de todo y la queja es pegajosa se
pega, uno dice: me duele la espalda y la
cabeza… y la persona que está escuchando dice: a mí también… se pega de inmediatamente, uno se queja por todo y
siempre hay algo porque quejarnos pero hay personas que son excesivamente
quejonas siempre se están quejando por algo.
También el
quejarse es peligroso porque entra el murmullo y comenzamos a vivir de esto,
cuando tenemos dolores hablando en lo físico sabemos lo que nos duele y no es
necesario andar todo el tiempo publicándolo pero es como un gusto para algunos
decir: hay me duele esto… es como que
la persona se desahoga al quejarse y no pasa el dolor sino que sigue ahí, pero
es como un gusto de desahogo, cuando uno se queja es como que lo resalta y la
dolencia es como si dijera: estoy aquí…
pero cuando se ignora y comenzamos a verla con más indiferencia como que nos
sentimos más fuertes pero el quejarnos nos lleva a tener que aumentar la
dificultad, problema o circunstancia que estamos pasando es decir aumenta, cada
vez que nos duele la espalda o la cabeza no digamos nada y si nos preguntan
digamos: un poquito… algunos lo dicen
en forma de expresión dicen: me duele
demasiado la cabeza… como diciendo que es un gran dolor pero es el mismo
dolor.
Pero cuando
duele el alma o espíritu es muy diferente, muchos no conocen ese dolor porque
cuando uno ama a Dios a pesar de sus debilidades, flaquezas conoce ese dolor y
duele más que cualquier cosa porque uno necesita en su alma sentir la compañía,
las caricias, el respaldo del Señor pero los creyentes que han sido toda su
vida tibios no conocen ese dolor.
Muchos decimos
tener el gozo del Señor pero ese gozo no va ser efectivo en nosotros mientras
no dejemos de murmurar, murmuramos de un hermano, murmuramos del pastor.
Y cuando
Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que
los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran
manera, y clamaron a Jehová. Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto,
que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con
nosotros, que nos has sacado de Egipto? ¿No es esto lo que te hablamos en
Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir
a los egipcios, que morir nosotros en el desierto. (Éxodo 14:10-12)
Aquí podemos ver al pueblo de israel
murmurando.
E hizo Moisés
que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron
tres días por el desierto sin hallar agua. Y llegaron a Mara, y no pudieron
beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de
Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?
(Éxodo
15:22-24)
A veces por
murmurar mucho nos parecemos al pueblo de Israel, llega a la iglesia gente
desconocida y no encuentra el agua dulce sino solo amargura, todos en sus
propios problemas, dificultades, edificando sus propios caminos y sin darnos
cuenta somos amargos espiritualmente.
Y toda la
congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el
desierto; y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de
Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne,
cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto
para matar de hambre a toda esta multitud. Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo
os haré llover pan del cielo; y el
pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo
pruebe si anda en mi ley, o no. Mas en el sexto día prepararán para guardar el
doble de lo que suelen recoger cada día. Entonces dijeron Moisés y Aarón a
todos los hijos de Israel: En la tarde sabréis que Jehová os ha sacado de la
tierra de Egipto, y a la mañana veréis la gloria de Jehová; porque él ha oído
vuestras murmuraciones contra Jehová; porque nosotros, ¿qué somos, para que
vosotros murmuréis contra nosotros? Dijo también Moisés: Jehová os dará en la
tarde carne para comer, y en la mañana pan hasta saciaros; porque Jehová ha
oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él; porque
nosotros, ¿qué somos? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino
contra Jehová. (Éxodo 16:2-8)
Aquí vemos
solo murmuración hacia Moisés y más que murmuración contra Moisés sino del
proyecto que Dios tenía, de la situación, circunstancia que Dios iba a hacer,
iba a cambiar su circunstancia de vida, les había prometido algo bueno y recién
estaban comenzando el camino y comenzó la murmuración, igual nosotros estamos
recién comenzando un camino, Él nos prometió un camino distinto, bueno y
estamos murmurando diciendo: Señor hasta cuando…
Así que el
pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste
subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros
ganados? (Éxodo 17:3)
Todo el tiempo estamos murmurando.
También
cundo nos congregamos somos buenos para murmurar que la palabra, que está muy
largo el servicio, el calor, que mucho rato estar sentados entre otras cosas
más pero en un culto de adoración al Señor debemos actuar con humildad pero a
veces somos provocadores en la murmuración, comenzamos a jugar con los hijos,
nos ponemos a reír con ellos y los demás que ven eso dice: ese hermano o hermana viene a solo jugar a la iglesia…
Y se
quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo
toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto
ojalá muriéramos! (Números 14:2)
Y no los
mataron los hijos de Israel, por cuanto
los príncipes de la congregación les habían jurado por Jehová el Dios de
Israel. Y toda la congregación murmuraba
contra los príncipes. (Josué 9:18)
Haced todo sin
murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de
Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como
luminares en el mundo (Filipenses 2:14-15)
En
todo lugar debemos hacer las cosas sin murmurar,
primero empieza con el esposo o esposa, siempre con la casa, con los hijos,
padres, después viene todo lo demás, debemos resplandecer en el hogar y
ahí es donde se apaga primero la luz porque como hay confianza nos
aprovechamos, algunos resplandecemos solo en los cultos y después solo
tiniebla, no hay que hacer nada con
murmuración, la dueña de casa si va hacer almuerzo no diga: otra vez tengo que cocinar… no diga eso
porque hay gente que no tiene para hacer almuerzo, algunas mujeres teniendo el
closet lleno de ropa dicen: no tengo que
ponerme… la mujer creyente tiene que aprender a ser sobria es decir tener
pero no en cantidades, hay que ser equilibrados.
Cuando nos
envanecemos somos necios, envanecerse es ser simples, superficiales, sin
madures, infantiles, somos necios y nos entenebrecemos es decir andamos en
tinieblas, la murmuración hay que evitarla.
Pues
habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias,
sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue
entenebrecido. (Romanos 1:21)
Nos
envanecemos a veces con cosas materiales, es lindo tener una casa adornada pero
a veces nos amargamos por esas cosas, todo tiene un tiempo, cuando estamos en
los caminos del Señor hay un tiempo para que Dios nos prospere, debemos
aprender a confiar y esperar en el Señor y llega el tiempo en que Dios comienza
hacer pero a veces nos envanecemos por cosas, comenzamos a murmurar quizás no de
palabras sino en pensamientos, es por eso que tenemos que enseñar a nuestros
hijos más que todos lo hábitos a no usar mal su lengua porque cuando a veces
hacemos malos comentarios en la casa de un hermano, congregación, de esto o
esto otro lo hijos imitan eso, tenemos que evitar
hablar mal, tenemos que ser agradecidos por lo que tenemos.
Tenemos que ser agradecidos, para
evitar la murmuración tenemos que ser agradecidos con lo que tenemos, con el
corazón y una actitud de hablar en bendición y evitar continuamente la
murmuración, debemos hablar con un corazón agradecido.
En su tiempo
Dios nos va a dar lo que necesitamos es por eso que debemos tener un corazón
agradecido, evitemos la murmuración para ser bendecidos por Dios.
No lo digo porque
tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi
situación. (Filipenses 4:11)
Cuantos
podemos decir estar contentos con lo que estamos viviendo o con lo que estamos
pasando, contentarse con lo que tenemos, si hoy tenemos escases debemos darnos
cuenta que Dios en su tiempo tendrá algo mejor.
Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
(Filipenses 4:20)
Debemos evitar la murmuración siempre
confesar a Dios como el poderoso o grandioso, extraordinario, maravilloso,
exaltarle siempre.
Dad gracias
en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
(1 Tesalonicenses 5:18)
Debemos
dar gracias en todo.
También se
puede tomar la murmuración como un síntoma bien oculto de la codicia, a veces
no hablamos mal de otros pero a veces hablamos mal de nosotros mismos cuando no
somos feliz, cuando piensa que no es feliz comienza a murmurar internamente más
aun cuando nuestras circunstancias son adversas a lo que hablamos o lo que
decimos, por ejemplo: no soy bueno para
nada… soy un fracasado o fracasada… todo nos desmotiva, tenemos que
aprender alentarnos aun en circunstancias difíciles, tenemos
que hacer un compromiso con Dios de usar bien nuestra lengua ese un
compromiso personal porque la lengua se olvida que es parte de nosotros, se
manda sola.
¿Un
mentiroso deja de ser mentiroso cuando deja de mentir? La verdad es cuando
constantemente dice la verdad.
Debemos
dar gracias en todo.
Congregación cristiana de restauración de fe Elohim.
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