Familia: Edificación y unidad.
La
edificación es muy importante dentro del cuerpo de nuestro Señor Jesucristo
pero la edificación parte primero en la familia,
¿Cómo nosotros como esposos edificamos, construimos una relación con la esposa?
En la parte de relación humana y en la parte espiritual, ¿Cómo nos edificamos,
como edificamos en la esposa?, ¿Cómo podemos aportar a una edificación
espiritual en nuestros hogares?.
¿Cómo
edificamos a nuestra esposa o a nuestro esposo espiritualmente?, ¿Cómo
construimos a algo espiritual, como construimos nuestra relación matrimonial,
como construimos nuestra familia?, así como el obrero sabe cómo es la
construcción, tiene que tener un cimiento, tiene que saber qué medidas, tiene
que saber que materiales usar, dentro de nuestra vida cotidiana y como
matrimonio necesitamos tener una solides, los matrimonios necesitan estar
juntos porque hoy en día se ha tomado mucho el feminismo y la mujer ha tomado
un rol muy importante en la sociedad pero en la familia se ha perdido el rol de
la mujer, socialmente se ve mejor pero en la familia ha perdido el lugar de
madre, esposa, amiga porque está más llevada a la parte social y hay no se
edifica un matrimonio, no se edifica la familia se va destruyendo y eso está
pasando hoy.
Se ha perdido el centro, el núcleo de la
edificación familiar, se ha perdido el estar juntos, el entenderse, el
entregarse el uno al otro.
A fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de Cristo (Efesios 4:12)
¿Dónde somos
perfeccionados? Todo parte en la familia, todo parte en
el matrimonio, todo parte en el vínculo perfecto del amor del Señor dentro del
matrimonio, hogar y la familia.
Si hay un
matrimonio que vive en pleitos, si hay una familia que no se entiende, si hay
discordia, si no hay respeto ¿podemos llegar a la iglesia adorar al Señor libremente?,
la verdad es que es imposible porque esta nuestro ser interior con
sentimientos, amargura, tristeza y no somos libres para adorar al Señor, debemos estar bien con nuestra esposa o esposo para la
edificación de la iglesia, tenemos que estar bien porque estando bien
nosotros vamos colocando o añadiendo un elemento o material para edificar la
unidad de la iglesia, estamos llamados a estar bien siendo restaurados con el
Señor y también con la esposa, los hijos para poder ir formando como familia
parte de la iglesia de nuestro Señor Jesucristo, una edificación solida e inamovible y es necesario edificar
para la edificación del cuerpo de nuestro Señor Jesucristo.
Puede ser
que al esposo le guste un tipo de comida y quiera comer eso y la esposa le haga
de almuerzo otra cosa diferente y se lo come de igual manera pero eso es
destruir la comunión, la esposa debe estar bien con el esposo, que importa que
a los hijos le guste esto o esto otro debe estar bien con el esposo, el esposo debe agradar a la esposa y la esposa debe agradar
al esposo, como iglesia debemos agradar al Señor y nosotros sabemos
lo que a Él le gusta, un corazón limpio, sincero y cuando adoramos al Señor es
un plato excelente para Él pero si entre nosotros nos miramos indiferentemente
no estamos edificando y eso debemos de cuidar la edificación de nuestro Señor
Jesucristo, debemos trabajar para eso.
Debemos
tratar en lo posible de agradar a nuestra esposa o esposo, ayudándole hacer las
cosas en la casa, barrer, lavar la loza, andar siempre atento para que ella
tenga menos trabajo, debemos andar atentos y hacer todo lo que podamos hacer
buscando la edificación de ella y ella también nos ayude a edificarnos porque
siendo esposos cada uno tiene sus propias luchas espirituales, no son las
mismas, no son las mismas debilidades, son distintos pero Dios nos la dio como
ayuda idónea.
Así que,
sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. (Romanos 14:19)
Es una
tremenda meditación y responsabilidad que cada uno debemos de tomar, cuando se
refiere a mutua es decir que no es solamente para uno sino para los dos en lo
que es el matrimonio, en el matrimonio los dos deben ser edificados, la
esposa al esposo y el esposo a la esposa no hay intermediario porque a veces
algunas mujeres como hombres buscan consejos en otro lado, van y cuentan sus
problemas por otro lado como buscando soluciones que le ayuden y le apoyen en
su pensamiento pero la palabra nos enseña que todo parte de la familia, del
matrimonio es decir algo mutuo, si tienen problemas es mejor arreglarlos en
casa como un dicho que dice: la ropa
sucia se lava en casa… pero lamentablemente mucha gente, muchos creyentes
no lo hacen así y no es correcto lo que hacen.
Podemos edificar, podemos ir
creciendo mutuamente con nuestra esposa o esposo tratándonos bien, hablando
bien, buscando el bienestar en todo sea material, moral o espiritual para que
seamos edificados.
También está
el caso de la esposa creyente que sus esposo no está en la iglesia, tienen sus
propios problemas o dificultades pero aun así cuando uno de los dos es creyente
debe buscar para que esa persona que no está al lado suyo crezca
espiritualmente hay un esfuerzo que hay que multiplicar en uno, un esfuerzo
que hay que hacerlo crecer en uno y aunque parezca algo cansoso y uno diga: como a mi otra vez… pero el Señor
siempre nos llama a tener que hacer para que otros hagan, a tener que rendirnos
nosotros para que otros crezcan, a tener que ser puente y más bien a los que
están al lado nuestro la familia, la esposa, el esposo, algo que a veces no
tiene lógica humana pero en el reino de los cielos si tiene recompensa, ahí hay
una recompensa que no la vemos hoy pero la vamos a tener un día, a lo mejor no
cuando moramos sino aquí en la tierra porque Dios es justo y Él se encarga de
arreglar lo que esta malo en nuestra vida.
Mutua es
como estar en el mismo sentir, juntos, unidos, arraigados, cuando un matrimonio
esta así es algo muy bueno, no hay muchas asperezas y si hay peleas se pasan
las peleas pero cuando un matrimonio no está bien hay amargura todos los días,
es algo muy frustrante tener un matrimonio así siendo creyentes donde uno de
los dos se enoja por todo, siempre hay uno de los dos que es agrio pero siendo creyentes debemos buscar mutuamente el hacer sentir
bien a la otra persona, con gestos, con señales de cariño, con mostrarle
a la otra persona que se necesita, hay matrimonios que no se dicen eso ¨te necesito¨ sino que dicen: te necesito con más plata y ojala con
tarjeta… pero te necesito esa parte intima, cuando existe el verdadero
vinculo donde queremos edificarnos como familia porque cuando el matrimonio
está de acuerdo está creciendo mutuamente, lo que hace uno o el otro se ve
que están de acuerdo y lo que hagan está bien pero todo parte en el hogar.
En nuestro
hogar hacemos lo que queremos en un buen sentido, tenemos la libertad si se quiere
de trabajar en el patio, si quiere descansar, lo que quiera hacer tiene su
libertad, tiene su espacio pero tiene que estar de
acuerdo con su esposa y el esposo con la esposa porque si por ejemplo el
esposo está descansando y lleva muchos días descansando y llega la esposa
golpeando la puerta y diciendo: otra vez
estas acostado…
Hay cosas
que a veces suceden en nuestra vida cotidiana que no se hacen con mala
intención pero suceden, no es por querer engañar a alguien y la otra parte debe
darse cuenta que es así pero a veces la otra parte a veces esta con amargura y
no soporta las cosas y la palabra nos enseña que los
creyentes deben crecer mutuamente, que debemos edificarnos pero como
nos vamos a edificar si vivimos enojados.
¿Cuántas
veces como matrimonio discutimos en el día o tenemos un himpas como dicen
algunos? Porque uno siempre no está de acuerdo en todas las cosas pero la
verdad de las cosas tenemos un himpas, son detalles, siempre hay algo,
detalles.
Todo
lo que hagamos espiritualmente sea para edificar a otro, no para disminuir a otro, no para poner el
pie encima a otro es para edificación, si usted predica, si enseña, si tiene un
consejo de parte de Dios es para edificar, siempre Dios nos va usar para
edificar no para destruir y eso tenemos que tenerlo siempre claro porque a
veces comenzamos a decir: pero que usted
hermano no ora… empezamos a sacar los defectos humanos de la persona pero
el Señor nos exhorta a edificar no a criticar porque eso no edifica sino
destruye, desune, mutila, descuartiza el cuerpo del Señor. Pero el que profetiza habla a los
hombres para edificación, exhortación y consolación. (1 Corintios 14:3)
Exhortación es consejería, todo lo que hablemos sea
para edificar, no para disminuir, oprimir, no para ofender.
¿Cuántas
veces como esposos nos hemos ofendido con nuestras palabras o dichos?, ¿Cuántas
veces nos hemos hablado de forma indiferente? Algunos usan ese término, es que vo… es que tu… son palabras exceptivas porque el respeto se pierde, es
algo grosero para la esposa o para el esposo, hay que entender como
relacionarnos, cada palabra que
digamos sea para edificación, los hombres llegando a los 40 años se ponen
niños en todo sentido, lo que es la parte sentimental, todo hombre quiere que
lo admiren y cada cosa que digamos a la esposa o esposo los hijos lo van
copiando, van mirando, se fijan en todos los tratos.
Es decir que
podemos edificar a nuestra esposa con buenos tratos, con buenos dichos y a
veces somos muy hirientes en los dichos, el buen
trato parte en la casa, la buena palabra parte en la casa, cada
palabra que digamos debe ser para edificar, si nos tratáramos bien todo el día
en la casa sería algo distinto es por eso que es importante el trato, si nos
tratáramos bien todo el tiempo en la casa la comida sería más rica, los
problemas disminuirían, aunque hubieran enfermedades cambia el dolor porque hay
un trato agradable, uno desea llegar a su casa, hay personas que por el mal
trato no quieren llegar a su casa.
La vida en
el matrimonio, la familia es diferente al noviazgo porque uno hay aprende el
valor de la otra persona, la necesidad del uno al otro, mutua.
La
consolación es algo bien importante en el trato matrimonial y familiar que se
eso se aplica en la iglesia cuando usted tiene una palabra de consuelo y usted
es creyente y va a su congregación se congrega uno siente la necesidad del
hermano o hermana y le va a ir a dar un abrazo, un consuelo, Dios le va usar
para consolar pero si en su casa es capaz de consolar a su esposa o esposo
darle un poco de alivio ¿podrá hacerlo en la iglesia? Si no es capaz de
consolar a sus hijos, de animarlos porque debe haber consuelo, exhortación
porque a veces pasa que los hijos les cuesta estudiar y uno como padre es muy
extremista y pensamos que lo más importante es que tienen que sacar muy buenas
notas, de hecho los niños o jóvenes tienen que estudiar pero hay momentos que
son complicados independiente la edad que tengan y los padres o la mamá se
ponen muy intransigentes y severos porque tienen que ser mejores pero tenemos
que saber en un momento decir: hija o
hijo no importa… mañana será mejor… pero no ser tan cuadrados en nuestra
forma de pensar porque eso hace daño.
Porque
aunque me gloríe algo más todavía de nuestra autoridad, la cual el Señor nos
dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré
(2 Corintios
10:8)
Dios nos dio
autoridad, nos dio nueva vida, nos dio esperanza, nos dio paz, todo lo que
somos hoy es gracia a la misericordia del Señor pero nos la entrego para
edificación y no para destruir a otro, siempre señalando a crecer a los demás,
buscando el bienestar hacia los demás y los demás empieza en nuestro hogar,
esposa, hijos, nietos, padres, todo empieza en la familia y hay lo traemos a la
iglesia.
La gente
necesita ver un ejemplo en nosotros no de que no fumemos, que no bebamos o no
bailemos sino que necesita ver en los creyentes unidad, necesita ver en nosotros amor, necesitan ver en nosotros como hijos del Señor algo diferente y ese algo diferente es
que podamos reflejar que estamos bien entre hermanos en el Señor, como esposos,
como familia, como congregación, cuando la gente vea eso en nosotros no va a
mirar nuestros defectos, el esposo y la esposa que viven peleando por esos
defectos y detalles pero no se edifican, no pelean la buena batalla.
El
Señor quiere edificarnos, quiere restaurar nuestra vida pero somos nosotros los que hacemos que eso
no se concrete en nuestra vida porque somos muy indiferentes, somos nosotros lo
que ponemos el obstáculo para que eso no se concrete, falta que la iglesia
crezca en la unidad, primero en la familia, en la iglesia y que crezcamos
porque creciendo la unidad crece la fe porque el matrimonio vive mejor, la
familia vive mejor y la iglesia se proyecta con gran fe en todo lo que viene
por delante, todo es posible para el que cree.
Estando los
dos esposos edificándose espiritualmente en el mismo sentir los hijos van a
crecer en el mismo sentir y la iglesia va estar unida en el mismo sentir, edifiquémonos
mutuamente, sin ofensa, sin crítica que dañe y alentarnos los unos a los
otros.
Edificamos,
pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura,
porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. (Nehemías 4:6)
Para tener
animo hay que estar en la unidad, para tener animo tenemos que estar mirando o
focalizando lo mismo porque podemos pensar que no hay esperanza pero estando
unido el matrimonio hay ánimo y podemos seguir.
Congregación cristiana de restauración de fe Elohim.
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